ITALIA-. ( AGENCIALAVOZ.COM ) Un análisis científico parcial de la tumba con las reliquias de San Pablo, jamás abierta en 19 siglos, reveló la presencia de fragmentos de huesos humanos que serían, según él, del apóstol.
Cuando rezaba las vísperas en la Basílica de San Pablo Extramuros, en Roma, para cerrar un año de manifestaciones consagradas a San Pablo, el Papa anunció que el sepulcro presente en la iglesia había sido "recientemente objeto de un atento análisis científico''.
Cuando rezaba las vísperas en la Basílica de San Pablo Extramuros, en Roma, para cerrar un año de manifestaciones consagradas a San Pablo, el Papa anunció que el sepulcro presente en la iglesia había sido "recientemente objeto de un atento análisis científico''.
"Se ha practicado una minúscula perforación para introducir una sonda especial'' que permitió sacar del sepulcro "minúsculos fragmentos de huesos, cuyo examen del carbono 14 ha mostrado que han pertenecido a una persona que vivió entre el siglo I y II'', indicó el Pontífice.
"Esto parece confirmar la tradición unánime e incuestionada de que se trata de los restos mortales del apóstol Pablo'', afirmó Benedicto XVI.
La sonda también reveló "rastros de una tela preciosa de lino color púrpura, con oro laminado, y de una tela azul con filamentos de lino'' así como "granos de incienso rojo'', indicó.
El arzobispo de la basílica romana, Andrea Cordero Lanza di Montezemolo, había indicado el viernes durante una conferencia de prensa que Benedicto XVI no excluía "ordenar un día un análisis profundo'' del sepulcro.
El prelado había precisado que se habían llevado a cabo unos estudios en el lugar en el que se encuentra la tumba, bajo el altar de la basílica, para preparar tal examen, pero que su apertura constituiría "un gran trabajo, dado que el sarcófago es enorme y esto implicaría la demolición del altar. Y hacerlo en el lugar mismo es difícil, pero no se excluye'', según él.
Desde finales de 2006, los visitantes pueden ver la tumba gracias a una apertura practicada bajo el altar principal. "No cabe duda'' sobre la autenticidad de la tumba del apóstol Pablo, muerto decapitado en el año 67 en Roma, indicó entonces el cardenal Montezemolo.
Unas excavaciones habían permitido en 2002 sacar a la luz esta tumba cuya existencia se había dado por segura desde hacía siglos, dado el culto al santo de este lugar. La tumba fue formalmente atribuida a San Pablo en febrero de 2005 por el Vaticano.
El apóstol Pablo, de una familia judía de Tarso (Asia Menor), se convirtió a la religión cristiana naciente tras haber perseguido a los primeros adeptos. Fue el evangelizador de los pueblos paganos del Mediterráneo.