A.
África. Este continente es el que más sufre los azotes de la malaria y registra el 86% de los casos que se producen anualmente. Según los datos de Cruz Roja, la enfermedad le cuesta a África unos 12.000 millones de dólares (unos 9.200 en euros) cada año en pérdidas directas y mucho más en pérdida de crecimiento económico. Conscientes de este gran problema de salud y decididos a hacerle frente, los gobiernos africanos se comprometieron a reducir la incidencia del paludismo en sus regiones a la mitad para el año 2010. Los proyectos para lograrlo ya están dando buenos resultados en muchos países.
B.
Bill Gates. El filántropo ha convertido la lucha contra la malaria en un reto casi personal. Desde el famoso discurso que dio en octubre de 2007, junto a su mujer Melinda, diciendo por primera vez que la erradicación global de la malaria era algo posible, ha puesto a su Fundación, que lleva su nombre y el de su esposa, a trabajar para conseguirlo. Cada poco tiempo anuncia una nueva inversión para hacer frente al paludismo y supervisa muchos de los proyectos a los que se destina el dinero.
C.
Cobertura universal. El 31 de diciembre de 2010 es el plazo fijado para que todos los países en los que el paludismo es endémico alcancen a todos sus ciudadanos con intervenciones básicas para controlar la enfermedad. Quedan 615 días. Ha empezado la cuenta atrás.
D.
Diagnóstico. Fiebre muy alta, escalofríos, sudores y dolor de cabeza, además de náuseas, vómitos o dolores musculares, son los síntomas clásicos para diagnosticar un caso de malaria. En África y otras regiones donde la enfermedad es endémica, los afectados reconocen rápidamente este cuadro clínico. Sin embargo, si el paciente es un viajero poco acostumbrado a la presencia de paludismo en su país de origen es difícil que caiga en que estos síntomas, que suelen comenzar a partir de los 20 días de haber sido picado por el mosquito 'Anopheles', puede corresponder con la enfermedad. Se inclinan más por una gripe. Por eso, los expertos aconsejan que aquellos individuos que hayan viajado a países con malaria y tengan fiebre al volver, acudan rápido al médico. Una muestra de sangre será suficiente para dar con la infección.
E.
Embarazadas. Como ocurre con otras muchas infecciones, las mujeres embarazadas también son más vulnerables a la malaria. UNICEF indica que cada año alrededor de 50 millones de gestantes se ven afectadas por el parásito 'Plasmodium falciparum', responsable de la enfermedad. Esta situación aumenta las posibilidades de que sufran anemia materna y el riesgo de muerte.
F.
Financiación. Para acabar con la malaria hace falta dinero. Las organizaciones que trabajan sobre el terreno han fijado la cifra de 5.000 millones de dólares anuales (unos 3.500 millones de euros) como la mínima necesaria para reducir los fallecimientos a prácticamente cero en 2015. Y, aunque las inversiones han aumentado en los últimos dos años, aún se está lejos de esta suma. "El reto pendiente es reducir la brecha entre las palabras y los compromisos adquiridos y la disponibilidad de los fondos necesarios", recoge la revista 'The Lancet'.
G.
Global. En el mundo actual, con muchos movimientos migratorios, la amenaza de la malaria no se reduce sólo a las áreas en las que es endémica, sino que se trata de "un azote global", como lo define Ann Veneman, directora Ejecutiva de Unicef. Por eso, los planes para hacerla frente tienen también vocación global. De hecho, la Organización Mundial de la Salud (OMS) se muestra cada vez más preocupada por los casos de malaria 'importados' por viajeros que se registran en Occidente.
H.
Hogares. Además de la ayuda proporcionada por las ONG, los ciudadanos también pueden poner su granito de arena para evitar la malaria. Evitar coger para cocinar aguas estancadas, fumigar la casa con insecticidas y utilizar siempre mosquiteras durante la noche son sencillas medidas que se pueden poner en práctica en cada hogar.
I.
Insecticidas. Las mosquiteras rociadas con insecticidas se han mostrado como una de las herramientas más eficaces para reducir los casos de malaria. De hecho, diversos estudios en África demuestran que estos utensilios reducen hasta en un 60% las muertes por paludismo. Desde 2004, el número de mosquiteras producidas en el mundo se ha triplicado, de 30 millones a 100 millones en 2008. Asimismo, la OMS recuperó en 2006 el insecticida DDT por ser el más eficaz contra estos mosquitos.
J.
Julius Wagner-Jauregg. Este médico austriaco ganó el Premio Nobel de Medicina en 1927 por haber infectado intencionadamente el parásito de la malaria a pacientes con sífilis para provocarles fiebre (un método conocido como piroterapia) y descubrir que los fármacos antimaláricos minimizaban los efectos de ambas enfermedades.
K.
Kilos. La desnutrición ayuda al mosquito a hacer de las suyas, sobre todo ante los niños. La falta de alimento y la debilidad que conlleva favorece la infección y que ésta avance más rápido. Asimismo, si la madre sufre la enfermedad, es probable que el bebé nazca con bajo peso al nacer.
L.
Libre de malaria: "Un mundo libre de malaria". Eso es lo que pide el matrimonio Gates y a lo que aspira la comunidad internacional. La frase se ha convertido en el eslogan de muchas campañas de concienciación.
M.
Mapa. Gracias al Proyecto de Atlas de la Malaria, que en 2009 ha presentado el mapa más completo y exhaustivo sobre la presencia del paludismo en el mundo, los científicos y las organizaciones tienen al alcance una herramienta muy útil para saber dónde y cómo llevar a cabo los proyectos para controlar la enfermedad. Según este atlas, el área global de riesgo estable de 'P. falciparum' fue de 29,73 millones de kilómetros cuadrados, distribuidos entre América (el 20,30% de la extensión), la zona denominada África+ -que incluye África, Yemen y Arabia Saudí- (con el 61,10% del área) y Asia Central y el Sudeste Asiático (18,60%).
N.
Niños. Cada 30 segundos un niño muere por culpa de la malaria. Entre todas las cifras desalentadoras relacionadas con la enfermedad, ésta es quizás la más grave y la que no se cansan de repetir los organismos internacionales para tratar de cambiar la situación.
O.
Objetivos. El control de la malaria y la reducción de la mortalidad es el sexto de los Objetivos para el Desarrollo del Milenio fijados por la ONU. Sin embargo, en el último año el espíritu positivo se ha apoderado de quienes luchan contra esta enfermedad y han fijado un nuevo objetivo: la erradicación. Los hallazgos científicos, como por ejemplo haber descifrado los genomas completos tanto del mosquito como del parásito, han contribuido a este optimismo.
P.
Plan. El Plan Global para la erradicación de la malaria, puesto en marcha tras el discurso de Bill Gates sobre el tema, consta de tres fases: primero, reducir la transmisión del parásito 'Plasmodium falciparum' en los 61 países tropicales con la incidencia más alta de la enfermedad; segundo, la progresiva eliminación de las zonas endémicas más marginadas; y tercero, fomentar la investigación de una vacuna, mejorar el diagnóstico y aumentar los insecticidas.
Q.
Quinina. Ya en los tiempos coloniales, los británicos tomaban tónica, porque contenía quinina, un extracto procedente de la corteza del árbol de la quina, para protegerse de las infecciones. Para mitigar su sabor, empezaron a añadirle ginebra y así surgió el gin-tonic. Al margen de la anécdota, desde el siglo XVII la quinina es una de las bases del tratamiento contra la malaria.
R.
Recursos. Además de dinero, para luchar contra la enfermedad, que no hay que olvidar que es prevenible y curable, se necesitan otros recursos, como personal e infraestructuras, intervenciones de bajo coste y acceso a los fármacos.
S.
Saneamiento. La higiene es una de las claves para mantener al mosquito a raya. La acumulación de basuras y aguas estancadas son territorio propicio para los mosquitos y la propagación de la malaria. De hecho, fue una exigente política de saneamiento la que logró erradicar esta patología de Europa hace tan sólo 50 años, aunque al 'Anopheles' le dio tiempo de acabar con la vida de 5.000 cadáveres españoles.
T.
Tratamiento. La quinina, la cloroquina y la artemisina han sido, por este orden, las principales armas utilizadas para combatir la malaria en el organismo humano. La aparición de resistencias a la cloroquina hizo que la artemisina la sustituyera como la terapia de primera línea, que se utiliza combinada con otros fármacos. También existe un tratamiento preventivo, recomendado para todos los individuos que vayan a viajar a zonas de riesgo.
U.
Unión. El esfuerzo por erradicar definitivamente la malaria requiere de la colaboración de todos, de la unión del sector privado y del público, de los acuerdos entre gobiernos y ONG, de los científicos y de los ciudadanos.
V.
Vacuna. La llegada de una vacuna eficaz contra la malaria sería un aspecto crucial para lograr la erradicación. Aunque existen varios ensayos con distintos productos, uno de los más avanzados es el que lidera el investigador español Pedro Alonso, que se encuentra ya en fase III y en el que participan 16.000 niños africanos. Los trabajos anteriores ya han demostrado que esta inmunización protege durante al menos cuatro años a los pequeños de entre uno y cuatro años. Si todo sale bien, los investigadores creen que podría comercializarse la vacuna en 2011.
X.
Rayos X. Los microscopios de rayos X se han convertido en los últimos años en una herramienta muy útil para observar cómo actúa el parásito de la malaria, una vez que está en los glóbulos rojos, con las células sanas del organismo.
Y.
Yemen. Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), la malaria es uno de los principales problemas de salud pública de Yemen. Aproximadamente el 60% de la población vive en áreas en las que hay una elevada presencia del mosquito 'P. falciparum'. En 2001 estableció, con la ayuda de la OMS, el Programa Nacional para el Control de la Malaria, cuyo objetivo es reducir la mortalidad por esta enfermedad un 75% en 2010.
Z.
Zonas endémicas. Según los datos más recientes del atlas de la malaria, existen 87 países donde la enfermedad es endémica. Es un problema de áreas tropicales o subtropicales de África, Asia y América Central y del Sur.