WASHINGTON.- ( AGENCIALAVOZ.COM ) El presidente estadounidense, Barack Obama, expresó hoy su "compromiso" con la aprobación de una reforma migratoria que incluya la regularización de los millones de indocumentados que viven en el país, con la condición que aprendan inglés, y paguen una multa y sus impuestos.
"Estoy comprometido a aprobar una reforma migratoria mientras sea presidente de Estados Unidos", sostuvo Obama durante un desayuno con grupos religiosos latinos en un hotel céntrico de Washington. El presidente indicó que Estados Unidos "es una nación de leyes y una nación de inmigrantes" y que estos conceptos "no son contradictorios, son complementarios". Obama sostuvo que "el pueblo estadounidense cree en la inmigración, pero también cree que no podemos tolerar una situación donde la gente llega a Estados Unidos violando la ley, o que no podemos tolerar que los empleadores exploten a los trabajadores indocumentados" pagándoles salarios más bajos. En este sentido, el presidente justificó "las medidas" que su gobierno está adoptado para "fortalecer la seguridad fronteriza", especialmente en la frontera con México, donde se produce la mayor parte de los ingresos sin permiso. Asimismo, dijo que el proyecto de reforma debe de incluir un camino para que las personas sin documentos "clarifiquen su estatus" y agregó que quienes inician los trámites para obtener la ciudadanía deberán pagar una multa y sus impuestos, aprender inglés y "ponerse al final de la línea", detrás de quienes tienen sus documentos en orden y aguardan ser ciudadanos. "Esto es justo" y "práctico", sostuvo el presidente y agregó que "es por eso que estoy comprometido en aprobar (la reforma) como presidente de Estados Unidos". Se estima que en Estados Unidos hay por lo menos 12 millones de personas sin documentos, 10 millones de los cuales son originarios de América Latina y el Caribe, y de los cuales unos 6 millones son mexicanos. La reforma migratoria es uno de los temas que provoca más divisiones en la sociedad estadounidense. Durante los últimos años de gobierno de George W. Bush, el ex mandatario republicano se alió con los demócratas del Senado encabezados por el senador Edward Kennedy para aprobar la reforma, pero los intentos fueron bloqueados por el ala dura de su partido.
La reforma cuenta con el apoyo de los empresarios estadounidenses -necesitados de la mano de obra barata inmigrante-, grupos de derechos civiles, la Iglesia Católica y otros grupos religiosos, la mayoría de los demócratas y los republicanos de línea moderada. En la oposición se encuentra la mayor parte de los diputados republicanos, especialmente de las zonas rurales y de las ciudades pequeñas donde temen que los inmigrantes les quiten el trabajo, y un sector de diputados demócratas, que también temen que pagarán un costo político si apoyan la reforma. ACZ
La reforma cuenta con el apoyo de los empresarios estadounidenses -necesitados de la mano de obra barata inmigrante-, grupos de derechos civiles, la Iglesia Católica y otros grupos religiosos, la mayoría de los demócratas y los republicanos de línea moderada. En la oposición se encuentra la mayor parte de los diputados republicanos, especialmente de las zonas rurales y de las ciudades pequeñas donde temen que los inmigrantes les quiten el trabajo, y un sector de diputados demócratas, que también temen que pagarán un costo político si apoyan la reforma. ACZ