MADRID.- ( AGENCIALAVOZ.COM ) Más rápida, menos invasiva y novedosa. Se trata de una técnica quirúrgica laparoscópica que permite extirpar del páncreas tumores benignos sin necesidad de utilizar el bisturí, quitando la mínima porción del órgano, y reduciendo las posibles complicaciones y el número de días que el paciente debe permanecer ingresado después de la intervención.
"El principal logro es que consigue reproducir por vía laparoscópica una cirugía que hasta la fecha sólo era posible hacer mediante cirugía abierta. Esta nueva vía laparoscópica es mucho menos invasiva y permite preservar gran parte de la glándula, de forma que se previene la aparición de diabetes en el posoperatorio", explica el doctor Fernando Pardo, cirujano de la Clínica de la Universidad de Navarra, único centro en España donde se está realizando este procedimiento.
Este cirujano junto con Fernando Rotellar y Custodia Montiel han demostrado la eficacia de este procedimiento en una serie de 10 pacientes. Los datos, publicados en la revista 'Annals of Surgery', avalan que ante este tipo de tumores, cuya incidencia es baja, la técnica ofrece ventajas frente a la que habitualmente se venía empleando en nuestro país.
En lugar de extraer el tumor, cuerpo y cola del páncreas, estos cirujanos han optado por extirpar sólo la parte afectada del órgano y después unirla a un asa del intestino, todo ello mediante laparoscopia (inserción de tubos a través del abdomen) y sin recurrir al bisturí.
Con una cirugía abierta, es decir, abriendo el abdomen para extirpar el tumor del páncreas, el paciente debe estar ingresado unos 10 días de media frente a los cuatro que necesita con la laparoscopia. Además, "las tasas tan bajas de complicaciones se traducen a su vez en una estancia hospitalaria muy breve", señala el doctor Pardo.
La laparoscopia gana terreno
El procedimiento, que se ha desarrollado para extirpar los tumores benignos de páncreas o aquellos con bajo potencial de malignidad y muy localizados, se empleará principalmente en mujeres jóvenes en torno a los 30 años, que son las que suelen presentar estas lesiones.
Aunque estos tumores benignos no son muy frecuentes, "cada vez se detectan más. Hoy en día, es habitual que cuando un paciente acude a urgencias por un dolor abdominal se le realice un escáner y, gracias a éstos, se encuentran más tumores de este tipo", explica Antonio María de Lacy, jefe de Servicio de Cirugía General del Hospital Clínic de Barcelona y gran defensor de la cirugía laparoscópica.
"El éxito de este procedimiento [el que ahora comunican los cirujanos navarros] es un granito más para respaldar la laparoscopia como técnica a la que recurrir en un gran número de intervenciones. Cada vez queda menos espacio para los métodos convencionales de cirugía", afirma este especialista.
Antonio María de Lacy, aunque alaba el trabajo del doctor Pardo, establece una consideración ante este procedimiento. "Si el tumor no se encuentra cerca de la cabeza del páncreas, y no hay que extirpar una zona importante del órgano, no veo necesidad de hacer el empalme con el intestino, algo que puede implicar ciertas complicaciones. Sólo indicaría esta técnica si se tiene que eliminar una gran cantidad, en torno al 80%, de la glándula pancreática".
Sin embargo, Fernando Rotellar, uno de los cirujanos de Navarra, explica que este tipo de intervención está indicada en aquellos casos en los que habría que quitar mucho páncreas (en torno al 60%) de hacerlo con la cirugía abierta. "Los pacientes a los que le extirpan el cuerpo y la cola de esta glándula tienen un 30% de desarrollar diabetes. Sin embargo, con nuestro procedimiento esa posibilidad disminuye al 2%".
La eliminación de parte del páncreas y su unión con el intestino, para drenar los jugos pancreáticos, se lleva haciendo desde los años 80. "La novedad es realizarlo con la laparoscopia. Esta técnica es fruto de una doble evolución, de intentar se menos agresivo por un lado quitando menos cantidad de páncreas y por otro, hacerlo mediante laparoscopia, menos invasiva que la cirugía abierta", concluye Rotellar.