MADRID.- ( AGENCIALAVOZ.COM ) A muchas mujeres se les van a quitar las ganas de seguir fumando si se queden embarazadas cuando conozcan los datos de un nuevo trabajo llevado a cabo por investigadores del Hospital Infantil de Cincinnati (EEUU). Al parecer, los vástagos de madres enganchadas al tabaco durante la gestación tienen más riesgo de sufrir Trastorno por Déficit de Atención e Hiperactividad (TDAH) que los descendientes de mamás sin esta adicción.
El estudio, publicado en el último 'Pediatrics', pone además de manifiesto que también la exposición al plomo en la infancia eleva, asimismo, las posibilidades de padecer este trastorno, un riesgo que se multiplica si el menor ha estado expuesto a los dos agentes contaminantes.
Tanya Froehlich, autora principal de la investigación, defiende a elmundo.es que "los padres deben ser conscientes de que la exposición prenatal al tabaco y al plomo en la niñez están relacionados con unas mayores posibilidades de TDAH en sus hijos, por lo que deben tomar medidas para reducir este riesgo. Por ejemplo, las mujeres tienen que ser advertidas de la necesidad de dejar de fumar antes de quedarse embarazadas. También deben saber que hay que reducir la exposición de sus hijos al plomo".
Dejar correr el agua
¿Cómo? "Los niños no deben tener acceso a paredes con pintura de plomo que están descascarilladas, muy presentes en casas viejas. Asimismo, y dado que la concentración de plomo puede ser mayor en las tuberías, se debe dejar correr el agua un poco antes de beberla o cocinar con ella. Es importante que los niños se laven bien las manos antes de comer y que consuman una dieta rica en hierro y calcio, ya que los menores con dietas pobres en estos nutrientes absorben más plomo", agrega la investigadora.
Con 3.907 menores de entre ocho y 15 años como participantes, el estudio establece que un 8,7% de la muestra tenía un diagnóstico de TDAH. Tras preguntar a las madres de los participantes sobre si fumaron durante el embarazo y después de medir los niveles de plomo en sangre de los menores, los datos revelan que los niños expuestos al tabaco durante la gestación tenían 2,4 veces más posibilidades de sufrir TDAH que los que no han estado en contacto con el humo en el útero.
Asimismo, aquéllos con niveles de plomo en sangre más elevados poseían 2,3 veces más posibilidades de tener el trastorno. Desafortunadamente, este riesgo era ocho veces mayor cuando los pequeños habían estado en contacto con ambos agentes contaminantes.
"Entre los niños que estuvieron expuestos prenatalmente al tabaco las cifras de hiperactividad fueron del 16% y del 13%, en el caso del contacto con el plomo. El porcentaje para los casos de exposición a los dos agentes fue del 28%", relata la autora de la investigación.
Este es el primer trabajo que "pone en evidencia la relación anteriormente enumerada (tabaco, plomo y TDAH) en una muestra representativa de la población", ensalza. De hecho, los participantes forman parte de la investigación conocida como Estudio Nacional de Salud y Nutrición (NHANES, sus siglas en inglés) que ha realizado los Centros de Control de Enfermedades de Atlanta para recopilar información sobre los dos aspectos que se destacan en el nombre de la investigación.
Más esfuerzos en prevención
Los esfuerzos científicos han estado "enfocados al tratamiento de la hiperactividad más que a su prevención y nuestra investigación destaca que reduciendo la exposición a los agentes tóxicos del tabaco en el ambiente, podemos disminuir su incidencia", insiste.
Tanya Froehlich, defiende que, según sus estimaciones "se podría reducir en un 35% los casos de hiperactividad en niños de ocho a 15 años evitando su contacto con el tabaco y el plomo". En pocas palabras, 800.000 niños podrían librarse del trastorno con dos sencillas medidas preventivas.
Para Inmaculada Escamilla, del departamento de psiquiatría infantil de la Clínica Universitaria de Navarra en Madrid, "los resultados de este estudio son de gran interés puesto que inciden en el primer 'step' en medicina o prevención primaria. La asociación entre el consumo de tabaco en el embarazo y el TDAH ha sido demostrada en diferentes estudios, sin embargo, la asociación entre la exposición al plomo e hiperactividad, era todavía controvertida y los resultados encontrados no eran significativos".
Defiende, además, que "en este estudio se muestra una asociación significativa de este segundo factor y muestra el potencial efecto de las toxinas ambientales en el neurodesarrollo del niño. No obstante, estos resultados deben ser tomados con cautela antes de definir estos factores como agentes causales. La carga genética no controlada en este estudio y factores ambientales, no medidos, asociados al humo del tabaco, podrían estar en el origen de esta asociación".