BARCELONA.- ( AGENCIALAVOZ.COM ) A partir del año que viene, las personas con problemas de fertilidad podrán informarse sobre las actividades y métodos de los centros de reproducción asistida a través de los datos que dispone la Sociedad Española de Fertilidad (SEF). El objetivo de la iniciativa, fruto de un acuerdo reciente con el Ministerio de Sanidad y Política Social, es ofrecer orientación a los usuarios y cubrir parte del vacío que representa la inexistencia de un registro nacional de técnicas de reproducción asistida.
Según la legislación vigente, "debería haber 17 registros oficiales autonómicos que volcaran la información en uno nacional, tal y como ocurre con los registros de trasplantes", ha explicado José Antonio Castilla, coordinador del registro de la SEF sobre técnicas de reproducción asistida. El hecho es que actualmente sólo hay dos registros oficiales: uno en Cataluña y otro en Andalucía, aunque este último sólo es obligatorio para centros públicos.
La SEF dispone de un registro no oficial y el objetivo es sacarle partido en beneficio de los usuarios. En este sentido, el proyecto consistirá en hacer públicos en Internet los datos más actuales de actividad y resultados de cada centro. En este sentido, los últimos datos de que dispone la SEF corresponden al registro de 2007 y está previsto tener los de 2008 en abril del año próximo, momento en que se facilitará el acceso a las personas interesadas. Quizá la única pega es que la participación en este registro no oficial es voluntaria, por lo que no incluye a todos los centros de España, sólo a los que lo deseen.
A pesar de ello, Castilla se muestra convencido de que el proyecto servirá para que el paciente se informe sobre qué se hace en cada centro y qué experiencia tiene, aunque también ha puntualizado que "no debería convertirse en una herramienta para comparar clínicas y ver cuál es la mejor, puesto que no es ésa la función de un registro".
Castilla ha participado en el 36º Simposio Internacional sobre Fertilidad que se ha celebrado esta semana en Barcelona organizado por USP, Instituto Universitario Dexeus. Se trata de un foro en el que los profesionales debaten sobre las últimas novedades del sector y este año coincide con el 25 aniversario del nacimiento de Victoria Anna, la primera niña española concebida por fecundación in vitro (FIV).
En este sentido, parece que tras estos 25 años, la inyección intracitoplasmática de espermatozoides (ICSI) se está imponiendo a la FIV. Según ha informado Castilla en su ponencia, el número de ICSI realizadas en España ha ido creciendo desde 1995 hasta el punto de que, según el registro de la SEF 2007, fue la técnica de fertilización más usada ese año en las clínicas de reproducción asistida. "Se trata de un método que aunque es más caro da más garantías de éxito", ha explicado Castilla, que también es el responsable del laboratorio de la Unidad de Reproducción del Hospital Virgen de las Nieves de Granada. "Con una FIV puedes tener un porcentaje de ovocitos no fecundados de entre el 10% y el 15%, mientras que con una ICSI este porcentaje se reduce al 2-3%", ha puntualizado.
Fértiles a pesar de la 'quimio'
Otros de los aspectos tratados en el congreso han sido la preservación de la fertilidad y el retraso de la maternidad. En el primer caso, el jefe del Departamento de Ginecología de la Universidad Católica de Lovaina, Jacques Donnez, defendió la crioconservación de tejido ovárico como alternativa para aquellas mujeres que deben someterse a quimioterapia y radioterapia de forma inmediata, puesto que estos tratamientos pueden afectar negativamente a su capacidad reproductiva.
Según el especialista belga, pionero en conseguir el primer embarazo y nacimiento de un bebé gracias a esta técnica, el tejido conservado se puede utilizar para restaurar la función ovárica una vez finalizado el tratamiento. De momento, ya se han nacido siete bebés con este método, de modo que "hay que empezar a considerar esta técnica como algo fuera de lo experimental".
En relación al retraso de la maternidad, uno de los debates que se preveían más candentes era el relativo a los embarazos en mujeres postmenopáusicas. Entre los profesionales se consideran los 50 años como la edad límite para tratar a una mujer con ovocitos donados para conseguir un embarazo. Según Michael Alper, director médico de Boston IVF y profesor de la Escuela de Medicina de Harvard (EEUU), es posible que haya que revisar este límite en el futuro. "Actualmente, las mujeres ya tienen hijos más tarde y esta tendencia se mantendrá en el futuro", afirmó el especialista norteamericano, quién añadió que se necesitará un mayor control de los riesgos tanto para la madre como para el bebé.
Por su parte, Françoise Sheffield, profesora de la Escuela de Medicina del University College de Londres, defendió que este límite moral de los 50 años no debería sobrepasarse, ya no sólo por la seguridad del embarazo sino también por el bienestar del niño. "Es cierto que vivimos más tiempo, pero no con la suficiente calidad de vida", afirmó la especialista, quién también es miembro de la Sociedad Europea de Reproducción Humana y Embriología. Por encima de los 40 años, riesgos como la hipertensión, la diabetes, el retraso del crecimiento y el parto prematuro aumentan, "y más si se trata de embarazos múltiples", afirmó Sheffield, por lo que recomendó implantar un solo embrión en estos casos y tratar de evitar riesgos mayores.