MADRID.- ( AGENCIALAVOZ.COM ) La mayor potencia del mundo, Estados Unidos, ocupa el puesto número 30 de la lista de países con mayores tasas de mortalidad infantil. La alarmante cifra, que se desprende de un informe elaborado por las autoridades federales, se explica en parte por el elevado porcentaje de partos prematuros.
Uno de cada ocho niños estadounidenses nace antes de cumplir la semana 37 de gestación. Esto significa que son prematuros, lo cual supone una amenaza para su superviviencia, cuya magnitud es inversamente proporcional a las semanas que el feto pasa en el vientre materno.
El informe, elaborado por los Centros de Control y Prevención de Enfermedades de Estados Unidos, revela que mientras que Suecia -uno de los países más avanzados en esta materia- tiene una tasa de partos prematuros del 6,3%, en EEUU este porcentaje se duplica hasta el 12,4%. Este fenómeno se proyecta sobre las cifras de mortalidad infantil. En el país americano, 6,9 niños de cada 1.000 nacidos fallecen en el primer año de vida mientras que en Suecia sólo mueren 2,4.
La mayor parte de estos nacimientos prematuros están protagonizados por hijos de mujeres de clases bajas. Las causas probables, según los expertos, son la falta de acceso a los cuidados prenatales, la obesidad materna o el tabaquismo. Aunque también figuran en el informe otros factores como los tratamientos de fertilidad o el aumento de las cesáreas.
En 2006, el 36% de los partos prematuros fue por cesárea mientras que en 1991 sólo un 25%. La misma tendencia al alza se ha observado en los partos inducidos, que han pasado del 8% en 1991 al 16% en 2006, según las cifras facilitadas por Marian MacDorman, que ha liderado la investigación.
La prematuridad no es el único factor que influye en que la tasa de mortalidad infantil de EEUU sea tan alta -las muertes por muerte súbita, accidentes y homicidio también superan a las registradas en países europeos. Sin embargo, las estimaciones realizadas por los expertos sugieren que reducir los partos prematuros hasta las cifras suecas evitaría la muerte de unos 8.000 niños cada año.
La nota positiva del informe, que se ha realizado con datos de EEUU y 14 países europeos, es que los prematuros estadounidenses tienen más probabilidades de sobrevivir que los que vienen al mundo en otros lugares. Los cuidados que precisan estos niños, que nacen con inmadurez pulmonar y otros problemas, parecen ser de mejor calidad en aquel país.