Divertirse en el colegio 'frena' los embarazos no deseados en las menores

martes, 17 de noviembre de 2009


MADRID.-( AGENCIALAVOZ.COM ) Cuanto más felices sean y más expectativas de futuro tengan, mayores posibilidades existen de que no se queden embarazas durante la adolescencia. Este es el último hallazgo relacionado con las gestaciones juveniles no deseadas. Llega de la mano de científicos británicos y se produce tras una revisión de trabajos de calidad sobre los programas educativos que han constatado su eficacia a la hora de frenar los embarazos en las menores.


Y, al parecer, aquéllos que luchan contra las desventajas socioeconómicas y, sobre todo, logran que los chicos y chicas se sientan a gusto en el colegio son los más efectivos.
"En países como Reino Unido o EEUU, el número de chicas que se queda embarazada supera al de otros países, pese a la puesta en marcha de distintas estrategias para reducir las cifras... Investigaciones recientes han constatado, además, que las medidas tradicionales [programas de educación sexual y mejora de los servicios sanitarios de contracepción] por sí solas son insuficientes para acometer este objetivo", aclara Angela Hardem, del Instituto de Salud y Desarrollo Humano de la Universidad de Londres y autora principal de la investigación.
Se refiere, concretamente, al fracaso detectado en una reciente investigación del Programa de Desarrollo para Jóvenes. Se trata de una adaptación británica del Programa Carrera, destinado a reducir la tasa de embarazos no deseados en Nueva York y que, sin embargo, al otro lado del Atlántico sí ha tenido éxito en este empeño. Las críticas vertidas desde EEUU se centran en que la versión de Reino Unido se ha implantado sin la metodología adecuada.
"Tal vez la razón de que haya fallado resida en que se ha centrado sólo en las personas con más posibilidades de llevar conductas sexuales de riesgo y en última instancia lo que ha conseguido ha sido unir a los adolescentes que más comportamientos de este tipo cometen", determina.
Desventajas sociales
Ante todas estas evidencias, el interés científico para 'tratar' de frenar los embarazos no deseados ha vuelto su mirada hacia los programas centrados en luchar contra las desventajas sociales [discriminación, pobreza, falta de trabajo de los padres, nivel educativo..], debido a que se trata de factores que claramente 'empujan' a los jóvenes hacia las conductas sexuales de riesgo.
Así, la nueva investigación, que ha visto la luz en el último 'British Medical Journal', ha evaluado su verdadera eficacia a través del análisis de los estudios realizados sobre ellos. "Diez trabajos que incluían grupo control y otros cinco ensayos fueron incluidos. Todos estudiaron las intervenciones tanto en niños como en jóvenes", se recuerda en el estudio.
Los datos revelan que las menores que van a disgusto al colegio, son infelices también en casa, no creen en su futuro ni esperan tener buenas oportunidades o están en desventaja económica son las que más posibilidades tienen de sufrir un embarazo. Por ello el número de embarazos no deseados fue un 39% menos entre los chicos y las chicas que recibieron las medidas educativas que entre aquéllos que se sometieron a las intervenciones clásicas (educación sexual) o a ninguna. Se trata de programas que promueven el éxito académico, el desarrollo social e intelectual en los menores de familias socialmente desaventajados, que ayudan al desarrollo de habilidades cognitivas de los pequeños, favorecen el control de los comportamientos violentos o mejoran las relaciones familiares. También son efectivos los que estimulan a los jóvenes a tomar decisiones, a mejorar su autoestima, a mantener mejores relaciones con los iguales o los promueven el acceso a cursos de formación que les faciliten el encuentro de un empleo.
"Deberían realizarse políticas destinadas a promover los programas de intervención y desarrollo precoces que frenen las desventajas sociales y que éstos se complementen con los de educación sexual y mejora de servicios de contracepción para poder reducir las gestaciones en la adolescencia", concluyen los autores.