MADRID.-(AGENCIALAVOZ.COM No es el primero y, probablemente, no sea el último trabajo que relaciona la edad avanzada de la madre con un mayor riesgo de tener un hijo autista. Pero sí se trata de un estudio exhaustivo en el que se ha analizado a un elevado número de menores; todos los niños nacidos en California (Estados Unidos) durante la década de los 90.
"El trabajo está muy bien realizado y sus conclusiones son muy sensatas", valora María Luisa Martínez Díaz, directora del Centro de Investigación sobre Anomalías Congénitas (CIAC) del Instituto Carlos III.
Su principal autora, Janie Shelton, del departamento de Ciencias de Salud Pública de la Universidad de California, reconoce a que "los casos de trastorno del espectro autista (TEA) han aumentado en las últimas décadas. La controversia sobre si este crecimiento se debe a que entre 1990 y 2001 se produjo un mayor número de diagnósticos en menores de cinco años en nuestro estado continúa, pero lo cierto es que sólo una fracción de ellos se debe a que ha mejorado la detección del trastorno".
"El trabajo está muy bien realizado y sus conclusiones son muy sensatas", valora María Luisa Martínez Díaz, directora del Centro de Investigación sobre Anomalías Congénitas (CIAC) del Instituto Carlos III.
Su principal autora, Janie Shelton, del departamento de Ciencias de Salud Pública de la Universidad de California, reconoce a que "los casos de trastorno del espectro autista (TEA) han aumentado en las últimas décadas. La controversia sobre si este crecimiento se debe a que entre 1990 y 2001 se produjo un mayor número de diagnósticos en menores de cinco años en nuestro estado continúa, pero lo cierto es que sólo una fracción de ellos se debe a que ha mejorado la detección del trastorno".
Aumentan las mamás cuarentonas
Paralelamente a este incremento observado (ahora uno de cada 110 menores estadounidenses padece TEA), "el número de nacimientos de mujeres de 40 a 44 años ha sido tres veces mayor entre 1982 y 2004, una tendencia que puede observarse a nivel nacional", apostillan los autores en su investigación, publicada en el último número de 'Autism Research'.
Numerosos trabajos han relacionado previamente la edad de los padres (en aumento en todos los países desarrollados) con un incremento del riesgo de que los hijos nazcan con autismo. Precisamente, en 2007 otro estudio realizado por miembros de la Kaiser Permanent de California encontró que esta probabilidad se elevaba por cada 10 años que cumplían ambos progenitores.
"En nuestro estudio hemos evaluado los efectos del avance de las edades paternas y el riesgo de TEA en una cohorte de cinco millones de menores nacidos entre 1990 y 1999", aclaran los investigadores. Sólo se analizaron los casos en los que se contaba con la información demográfica, el nivel educativo de los progenitores y los años de ambos, así como los diagnósticos de autismo de los menores. Los nacimientos múltiples se analizaron por separado.
Finalmente, los autores contaron con una muestra de 4,9 millones de nacimientos y 12.159 casos de autismo. Los datos revelan que las madres de 40 años tienen un 50% más de riesgo de tener un niño con autismo que las de 25 a 28 años. Además, por cada cinco años que cumple la progenitora las probabilidades de que el bebé sea diagnosticado de este trastorno con el tiempo se elevan en un 18%.
Mama jóven, papa mayor
Otros hallazgos hacen referencia a la edad del padre. "Para las madres de más edad, el riesgo de tener un hijo con TEA se produce independientemente de la edad del padre. Pero cuando él es mayor y ella tiene menos de 30 años las posibilidades también se elevan", comenta la autora principal.
Así los niños de padres de más de 40 años y madres de menos de 25 tienen dos veces más posibilidades de ser autistas, así como los de mamás de 25 a 29 años y papás que han sobrepasado la cuarta década de la vida. Sin embargo, la directora de la investigación reconoce "que el riesgo no es significativo cuando el varón tiene entre 30 y 34 años".
Para María Luisa Martínez Frías, la edad de los progenitores es un claro factor de riesgo de problemas congénitos, de autismo en los bebés y de susceptibilidad a desarrollar otras enfermedades, como diabetes, en la edad adulta. "A más años, más exposición a factores ambientales que pueden elevar las probabilidades de daños adversos en el gameto masculino y en el femenino, lo que produce daños epigenéticos y genéticos en el ADN".
"Le diría a las madres que el riesgo de tener un hijo con autismo o con otra patología como es el Síndrome de Down es una buena razón para tenerlos a una edad joven. Pero todos, sabemos que la gente elige tener una familia cuando se puede, por lo que tampoco iría tan lejos como para decir que uno debe evitar tener hijos a los 40 años", recoconoce Janie Shelton.
Y recomienda que se realicen "más trabajos que exploren en las razones sociales y biológicas de la relación entre edad de los padres y autismo"