GINEBRA.-( AGENCIALAVOZ.COM ) La actual generación de niños "podría ser la primera en muchísimo tiempo en tener una esperanza de vida menos elevada que la de sus padres", ha advertido hoy la directora general de la Organización Mundial de la Salud (OMS), Margaret Chan.
Al inaugurar la primera reunión de los participantes en la red mundial contra las enfermedades no transmisibles, Chan ha recordado que estas patologías se ceban cada vez más en personas jóvenes e incluso en niños que pueden sufrir de hipertensión y algunos tipos de cáncer.
A eso se agrega, según la responsable de la OMS, que 43 millones de niños en edad preescolar sufren obesidad o sobrepeso, una condición que genera riesgos para la salud a lo largo de toda la vida y gastos médicos potencialmente elevados.
En su discurso ante representantes de gobiernos, centros de investigación, entidades filantrópicas y el sector privado que participan en la referida red mundial, la directora de la OMS ha recalcado que las enfermedades que no se transmiten se han considerado propias a las sociedades de la abundancia, lo que no se aplica más en la actualidad.
Aseguró que esos males están ahora "fuertemente concentrados" en los países de ingresos medios y bajos, y en los grupos más pobres dentro de ellos.
Según los datos de la OMS, seis de cada 10 muertes que ocurren cada día en el mundo se deben a enfermedades que no se contagian, que pueden prevenirse y para algunas de las cuales existen tratamientos económicos.
Los expertos aseguran que una cuarta parte de los decesos que se les atribuyen podrían evitarse con medidas de prevención adecuadas.
En total, 35 millones de personas fallecen cada año por esas patologías, que incluyen problemas del corazón, derrames cerebrales, diabetes, cáncer, enfermedades respiratorias crónicas y desórdenes mentales.
De esas víctimas mortales, hasta el 80% se encuentra en países en desarrollo, donde los cuatro grandes factores de riesgo (consumo de tabaco y alcohol, alimentación inadecuada e inactividad física) tienden a aumentar.
También lo han hecho los factores biológicos de riesgo: aumento de la presión arterial, del colesterol, de la glucosa en la sangre y un alto índice de masa corporal (una medida calculada en función de la estatura y el peso de la persona).
Esta constatación derrumba el mito de que las enfermedades no transmisibles afectan principalmente a los países ricos.
Chan ha explicado que este cambio responde a "fuerzas globales que están formando las condiciones de salud en todo el mundo", como las sociedades que envejecen, la rápida y caótica urbanización y la "globalización" de estilos de vida insanos.
Esta situación, además, tiene un coste económico muy concreto, agregó. "El precio de la atención a enfermedades crónicas puede ser catastrófico para los pacientes, así como para los sistemas de salud, y llevar a millones de hogares por debajo de la línea de pobreza cada año", ha señalado Chan, quien por todas esas razones, aboga por la prevención.
Al inaugurar la primera reunión de los participantes en la red mundial contra las enfermedades no transmisibles, Chan ha recordado que estas patologías se ceban cada vez más en personas jóvenes e incluso en niños que pueden sufrir de hipertensión y algunos tipos de cáncer.
A eso se agrega, según la responsable de la OMS, que 43 millones de niños en edad preescolar sufren obesidad o sobrepeso, una condición que genera riesgos para la salud a lo largo de toda la vida y gastos médicos potencialmente elevados.
En su discurso ante representantes de gobiernos, centros de investigación, entidades filantrópicas y el sector privado que participan en la referida red mundial, la directora de la OMS ha recalcado que las enfermedades que no se transmiten se han considerado propias a las sociedades de la abundancia, lo que no se aplica más en la actualidad.
Aseguró que esos males están ahora "fuertemente concentrados" en los países de ingresos medios y bajos, y en los grupos más pobres dentro de ellos.
Según los datos de la OMS, seis de cada 10 muertes que ocurren cada día en el mundo se deben a enfermedades que no se contagian, que pueden prevenirse y para algunas de las cuales existen tratamientos económicos.
Los expertos aseguran que una cuarta parte de los decesos que se les atribuyen podrían evitarse con medidas de prevención adecuadas.
En total, 35 millones de personas fallecen cada año por esas patologías, que incluyen problemas del corazón, derrames cerebrales, diabetes, cáncer, enfermedades respiratorias crónicas y desórdenes mentales.
De esas víctimas mortales, hasta el 80% se encuentra en países en desarrollo, donde los cuatro grandes factores de riesgo (consumo de tabaco y alcohol, alimentación inadecuada e inactividad física) tienden a aumentar.
También lo han hecho los factores biológicos de riesgo: aumento de la presión arterial, del colesterol, de la glucosa en la sangre y un alto índice de masa corporal (una medida calculada en función de la estatura y el peso de la persona).
Esta constatación derrumba el mito de que las enfermedades no transmisibles afectan principalmente a los países ricos.
Chan ha explicado que este cambio responde a "fuerzas globales que están formando las condiciones de salud en todo el mundo", como las sociedades que envejecen, la rápida y caótica urbanización y la "globalización" de estilos de vida insanos.
Esta situación, además, tiene un coste económico muy concreto, agregó. "El precio de la atención a enfermedades crónicas puede ser catastrófico para los pacientes, así como para los sistemas de salud, y llevar a millones de hogares por debajo de la línea de pobreza cada año", ha señalado Chan, quien por todas esas razones, aboga por la prevención.