Dr. José Linares Cerón*
PERU-. ( AGENCIALAVOZ.COM ) Siempre en mi vida he tratado de enviar un mensaje a los educadores que tratan con niños, aun a los maestros de escuelas dominicales a tomar los esfuerzos necesarios para ayudar a niños conflictivos. Cuando era niño veía como injustamente se maltrataba a los niños inquietos o conflictivos. Veía los castigos físicos que empleaban como jalarle la oreja entre otros vulgares y abusivos castigos. Lloraban y cada vez se volvían más rebeldes e incluso agresivos.
Soy testigo que a muchos maestros y maestras les faltaba paciencia – Pero los niños conflictivos son muy especiales que necesitan nuestra ayuda. Muchas veces nos sentimos desarmados frente a los conflictos o conductas difíciles de controlar. Tomando en cuenta que con castigos no se resuelven los problemas de conductas y nos preguntamos a veces con que herramienta podemos reemplazar el castigo.
Sin embargo debemos tener cuidado al tomar medida con los problemas que se nos presentan en determinados momentos y hay cosas que NO debemos hacer:
Sin embargo debemos tener cuidado al tomar medida con los problemas que se nos presentan en determinados momentos y hay cosas que NO debemos hacer:
· Dejar pasar el problema como si no hubiera pasado nada.
· Descalificar al niño o los niños “conflictivos”.( no ironizar ni agredirlos interpretando sus conductas)
· Excluirlo ( sacar al alumno del aula, enviarlo a dirección, al patio, o a su casa )
· Asignarles tareas como castigo explicito o encubierto. ( se deteriora el vínculo con el aprendizaje al asociarlo con un castigo )
· Realizarles evaluaciones o colocarles bajas notas: (por la misma razón anterior: la evaluación tiene su finalidad y no del control de la conducta del niño.)
· Cambiarlos de lugar en el aula, separarlos de sus amigos, prohibir que otros niños les hablen, (si hay problemas de conducta, no respetar sus derechos y necesidades no es la forma que aprenda a respetar los de los demás.)
· Amenazarlos con llamar a sus padres.
· Quitarles el recreo ( es contraproducente, pues el niño tiene necesidad de movimiento y de juego: cuando más insatisfecho esté, peor se comporta)
· Jesús siempre manifestaba gran amor, comprensión e interés por los niños en particular. Era muy amigo de ellos. Dice la Biblia que un día, mientras hablaba con una muchedumbre, unos papás y mamás se acercaron «a presentarle niños para que lo vieran» (Marcos 10:13). Explica que Sus seguidores quisieron impedírselo y les pidieron que no molestaran ni interrumpieran a su maestro.
· Pero «viéndolo Jesús —dice la Biblia—, le indignó lo que habían hecho Sus seguidores, y les dijo: “¡Dejen a los niños venir a Mí! ¡No se lo impidan; porque de los tales es el Reino de los Cielos! ¡En verdad les digo que si no se hacen como niños, no entrarán en el Reino de Mi Padre!” Llamó entonces a los niños, y tomándolos en los brazos, poniendo las manos sobre ellos, los bendecía.» (Marcos 10:13-16; Mateo 18:3,4; Lucas 18:15-17.)
· Cuando Jesús hablaba, a menudo contaba historias y parábolas para ayudar a todos a entender el amor de Dios. Su doctrina era tan sencilla que todos podían comprenderla. Jamás enseñó que había que obedecer un montón de reglas y leyes religiosas complicadas y difíciles de cumplir. Lo único que hizo fue predicar el amor y demostrar amor. Incluso dijo que para observar todas las leyes de Dios bastaba con guardar dos sencillos mandamientos: ¡amar a Dios de todo corazón y amar al prójimo como a uno mismo! ( Mateo 22:37-40.)
· Descalificar al niño o los niños “conflictivos”.( no ironizar ni agredirlos interpretando sus conductas)
· Excluirlo ( sacar al alumno del aula, enviarlo a dirección, al patio, o a su casa )
· Asignarles tareas como castigo explicito o encubierto. ( se deteriora el vínculo con el aprendizaje al asociarlo con un castigo )
· Realizarles evaluaciones o colocarles bajas notas: (por la misma razón anterior: la evaluación tiene su finalidad y no del control de la conducta del niño.)
· Cambiarlos de lugar en el aula, separarlos de sus amigos, prohibir que otros niños les hablen, (si hay problemas de conducta, no respetar sus derechos y necesidades no es la forma que aprenda a respetar los de los demás.)
· Amenazarlos con llamar a sus padres.
· Quitarles el recreo ( es contraproducente, pues el niño tiene necesidad de movimiento y de juego: cuando más insatisfecho esté, peor se comporta)
· Jesús siempre manifestaba gran amor, comprensión e interés por los niños en particular. Era muy amigo de ellos. Dice la Biblia que un día, mientras hablaba con una muchedumbre, unos papás y mamás se acercaron «a presentarle niños para que lo vieran» (Marcos 10:13). Explica que Sus seguidores quisieron impedírselo y les pidieron que no molestaran ni interrumpieran a su maestro.
· Pero «viéndolo Jesús —dice la Biblia—, le indignó lo que habían hecho Sus seguidores, y les dijo: “¡Dejen a los niños venir a Mí! ¡No se lo impidan; porque de los tales es el Reino de los Cielos! ¡En verdad les digo que si no se hacen como niños, no entrarán en el Reino de Mi Padre!” Llamó entonces a los niños, y tomándolos en los brazos, poniendo las manos sobre ellos, los bendecía.» (Marcos 10:13-16; Mateo 18:3,4; Lucas 18:15-17.)
· Cuando Jesús hablaba, a menudo contaba historias y parábolas para ayudar a todos a entender el amor de Dios. Su doctrina era tan sencilla que todos podían comprenderla. Jamás enseñó que había que obedecer un montón de reglas y leyes religiosas complicadas y difíciles de cumplir. Lo único que hizo fue predicar el amor y demostrar amor. Incluso dijo que para observar todas las leyes de Dios bastaba con guardar dos sencillos mandamientos: ¡amar a Dios de todo corazón y amar al prójimo como a uno mismo! ( Mateo 22:37-40.)
Sé que se preguntarán que hacemos?
Pues amigo mío solo tratar de darles un poco de cariño, pídele a Dios mucha paciencia. Ser capaces de separar lo problemas personales y asumir como profesionales en educar a niños que muchas veces son víctimas de la violencia y la indisciplina de sus padres. Dios nos da el privilegio de educarlos con amor y virtud. Tomarles en cuenta asignándoles responsabilidades como mantener el orden y disciplina.
De igual manera felicitarlos cuando hagan algo bueno, claro en la medida que los valoremos Ud. tengan la seguridad que cambiará. Sí enseñamos y sembramos amor recibiremos amor de los niños. Dios te ayude con amor y paciencia a cumplir tu función como docente a formar a la futura generación. Ver la cosecha que sembraste con amor y paciencia con principios y valores y el amor de Dios en su vida. Ellos reflejaran en la sociedad como buenos ciudadanos y ejemplares padres gracias a tu amor y paciencia.
*El Pastor José Linares Cerón es Presidente de CIPROFAM (Coalición Internacional de Pro-vida y Familias) Tiene Doctorado en Teología y Misiones, con maestrías Matrimonial y Familiar. Diplomado en Psicología, Familia y Derecho. Es Presidente Fundador del Ministerio Oración Internacional entre otras organizaciones.
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