Negocios, desempleo, estafa y la depresión profunda en el siglo XXI

lunes, 7 de diciembre de 2009


Dr. José Linares Cerón


EE.UU-. ( AGENCIALAVOZ.COM ) Quien no ha pasado un momento desagradable en la vida, personalmente fui victima de la estafa, de tenerlo todo y luego nada, no porque una crisis financiera o una mala inversión, sino por el error de confiar en los supuestos “Cristianos” Mientras yo viajaba haciendo negocios y llevando el evangelio, fui victima de la ambición de un personal supuestamente confiable. Pero eso fue hace muchos años. Pero si me afecto mucho, porque no solo perdí dinero, también negocios y propiedades. Siempre he sido un inversionista del Reino de Dios.



Mientras llevaba mis estudios en EE.UU. forme una iglesia floreciente. Pero de repente perdí la pasión por las cosas que hacia, luego me di cuenta que mi asociado manejaba la iglesia, porque yo me encontraba sin ánimos etc. Regreso al Perú, realmente me encontraba en un estado depresivo profundo, pedía al señor su ayuda urgente, pero me sentía tan solo; fue un difícil desierto espiritual en mi vida, pero gracias a mi familia pude recobrar las fuerzas - ellos fueron muy pacientes conmigo, mi madre me dijo: “Dios nunca abandona a sus ungidos”. Siempre he estado en los negocios desde que era un jovencito, siempre tuve éxito, a los catorce años tuve el dinero para comprar una propiedad. Lo que se llevaron fue el trabajo de toda una vida, no había quebrado por mi mal calculo financiero, mi error fue confiar, fui engañado y estafado. Por eso quede en el limbo de la depresión. Sepan, cuando Dios restauro mi salud, logre exitos nunca imaginados - a Dios sea la gloria . Amen. En los diferentes países he encontrado a hombres y mujeres desanimadas, muchos han sido ejecutivos de empresas prestigiosas que fueron despedidos por la crisis.


En las conferencia que realizo del Reino de Dios en el Mundo de los Negocios, he podido ayudar a miles en el mundo, hoy son prósperos Hombre de Negocios o han logrado tener un excelente empleo, pero sobre todo, son mis amigos y grandes colaboradores de nuestro Ministerio. Pero para que un hombre logre grandes cosas, se necesita de tres cosas importantes: Dios, que usa a ministros que motivan su vida a esforzarse, la oración y la familia. Pero aquellos que pierden un puesto de trabajo es como perder su empresa y la situación se torna muy delicada en su vida por eso debemos de ayudar y motivar al hombre a que no pierda esa pasión de luchar. Esta terrible realidad evidentemente afecta a todas las personas, pero en el caso de los hombres es aún más trágico, ya que pese a estar en el siglo 21 y aunque las cosas han cambiado mucho en los últimos años, tradicionalmente han sido los hombres quienes con su trabajo han traído el sustento a casa o por lo menos han sido quienes aportan la mayor parte del ingreso familiar.


Entonces cuando un hombre pierde su trabajo debido a quiebras o a reducciones de personal su frágil ego queda severamente dañado y tu pareja podría entrar en una espiral de abatimiento, enfermedad desolación que se pueden convertir en un cuadro clínico de depresión. Especialmente si tu pareja está en el rango de edad medio; es decir 38/55 años.
Todas las mujeres tienden a ser bastante compresivas al principio, pero un hombre en esas circunstancias y especialmente después de un tiempo de búsqueda fallida de un nuevo puesto de trabajo tiende a la inacción; a quedarse en casa, solo en silencio, porque tampoco es mucho lo que aporta en las cosas del día a día en el hogar. Es muy frecuente que muchas mujeres cuyas parejas están en esta situación, se vean obligadas a trabajar jornada completa para solventar, al menos en parte los gastos de la familia luego al llegar a casa tengan que hacerse cargo de todas las cosas y además de encontrar a su pareja sentado en el mismo sofá que cuando se marchó por la mañana.


La identidad masculina está íntimamente ligada al trabajo, al puesto que desempeña dentro del equipo y de la identidad que le da pertenecer a una organización. El paro acaba con esta realidad que le dan su estabilidad y sentido a su vida, convirtiéndola en soledad y desesperanza, unido a los sentimientos de no ser útil y a los de la edad. Y en casos más prolongados se puede transformar en un cuadro de depresión.
Lo peor que puedes hacer si estás viviendo esta situación es enfadarte y quejarte, aunque es comprensible. Pero ármate de valor y paciencia y comienza a motivarle y a animarle para que pueda salir del profundo pozo en que ha caído.
Enfadarte con tu pareja porque está deprimido insisto, es comprensible, pero no es la mejor ayuda. A los hombres en general les cuesta mucho expresar sus sentimientos e incluso les es difícil reconocer que tienen un problema.


Tus enfados, gritos y recriminaciones no serán percibidos como un intento de sacarle de su depresión, sino que es posible que hasta sean interpretados como quejas y disgustos que lo hundan más. Recuerda que todo su concepto del mundo la vida que llevaba ya no existen. Tampoco resuelves nada si lo tratas como un bebé o como si fueras su madre.
Simplemente ayúdale a levantarse y a recomenzar, apoyándose en ti, haciéndole sentir que eres su compañera y que todo se va a resolver si él pone de su parte y buscáis la forma de hacerlo.
Hazle sentir que le quieres, que es tu compañero y que los malos tiempos forman parte de la vida y que lo va a superar. Que no se sienta ni intimidado ni inferior por otros hombres que aún mantienen su trabajo y que ganan dinero.


En estos tiempos a cualquiera le puede pasar. Lo que hay que hacer es ponerse de pie y buscar un nuevo comienzo, por difícil que parezca al principio. Recuerde que Dios vive en su hogar y usted no esta sola, cuenta con la maravillosa presencia de Espíritu Santo que le dará poder y dones de Bendición. Y juntos saldrán adelante con mayor éxito en su vida, para el bienestar de la familia. Le animo ha ingresar al Mundo de los Negocios, sean ustedes dueño de su tiempo y libertad financiera