MADRID.- ( AGENCIALAVOZ.COM ) Once gramos de soja al día parecen ser la cantidad adecuada para reducir las recaídas y la tasa de mortalidad entre las mujeres con un diagnóstico de cáncer de mama. Así lo confirma un estudio publicado en 'Journal of the American Medical Association'.
"A partir de dicha dosis, este alimento no proporciona ventajas adicionales", aclaran los investigadores del Centro Médico de la Universidad Vanderbilt (Estados Unidos) y el Instituto de Medicina Preventiva en Shangai (China). Con este hallazgo, el equipo de científicos intenta arrojar algo más de luz en una cuestión en la que aún no hay datos concluyentes.
Numerosos trabajos apuntan a que la soja tiene propiedades anticancerígenas. Sin embargo, según los autores, "seguía preocupando el efecto de los fitoestrógenos (estrógenos de origen vegetal) que contiene la soja entre las mujeres diagnosticadas con cáncer de mama y su interacción con el tamoxifeno", uno de los pilares en el tratamiento de este tumor.
"Este fármaco se indica cuando un tumor es hormonosensible, es decir, aquel que se alimenta de estrógenos. Teniendo en cuenta que esto ocurre en el 60% de los casos de cáncer de mama, si la soja es un producto parecido al estrógeno, entonces se tiende a pensar que podría favorecer que el tumor apareciera de nuevo", argumenta Laura García Estévez, coordinadora de la Unidad de mama del Centro Integral Oncológico Clara Campal (CIOCC), anexo al Hospital de Madrid Norte Sanchinarro (Madrid).
Por esta razón, explica la especialista, "ante la duda sobre si las mujeres con cáncer de mama pueden tomar una dieta que contenga soja para aminorar los sofocos de la menopausia, se ha intentado no recomendar este alimento, a pesar de no haber evidencia sobre sus efectos en el desarrollo de esta enfermedad".
Los responsables de esta investigación se sirvieron de los datos de un estudio realizado en Shangai con 5.042 mujeres chinas con cáncer de mama, cuyas edades oscilaban entre los 20 y los 75 años. Después de hacer un seguimiento de una media de cuatro años, se registraron 444 muertes y 534 recaídas. Ciñéndose a los resultados expuestos en el artículo y teniendo en cuenta el consumo de soja de cada individuo, los autores concluyeron que la tasa de mortalidad por esta enfermedad puede reducirse con el consumo de este nutriente en un 29% y la de recaídas en un 32%.
Aunque este estudio epidemiológico aporta nuevos "e interesantes datos", Rachel Ballard-Barbash, del Instituto Nacional de Cáncer estadounidense y autora de un editorial que acompaña al artículo, considera necesarios más trabajos para comprobar los efectos entre diversos subgrupos de mujeres con cáncer. "Mientras tanto, los médicos pueden explicar a sus pacientes con este tipo de cáncer que la soja es segura y que los alimentos que la contienen pueden ofrecer algunos beneficios en la salud a largo plazo".
También los propios autores creen que son necesarios nuevos estudios que corroboren sus conclusiones. En este trabajo, las mujeres que tomaban soja hacían más ejercicio y en sus dietas incluían alto contenido en verduras y pescado. Estudios previos han demostrado que este estilo de vida puede mejorar la tasa de supervivencia. Habría que confirmar entonces cuál es la verdadera causa de que la tasa de mortalidad por cáncer de mama se reduzca.