MADRID.- ( AGENCIALAVOZ.COM ) Papá Noel, Santa Claus o San Nicolás, como se le conoce en todo el mundo, va a tener que hacer 'acto de enmienda' y cambiar sus renos por una bicicleta y su copa de coñac y sus comidas copiosas por agua y verduras si no quiere que se le responsabilice de la posible 'mala salud' de innumerables ciudadanos.
Nathan Grills y Brendan Halyday, ambos del departamento de Epidemiología y Medicina Preventiva de la Universidad Monash en Australia, han querido dar 'un toque de atención' al emisario de regalos del próximo 24 de diciembre porque su aspecto y sus hábitos de vida promueven la obesidad, el exceso de alcohol al volante y, en general, un estilo de vida poco saludable.
En declaraciones el doctor Grills, reconoce que "aunque los hábitos de Santa cambian de un país a otro, es común que se le ofrezca algún tipo de alcohol en las casas. En Australia es la cerveza y en EEUU el aguardiente". De hecho, "sólo con que influya este hábito u otros al 0,1% de la población podría dañar la salud de millones de personas", increpan los científicos en su análisis, publicado en el siempre original número de Navidad del 'British Medical Journal'.
Ambos expertos han realizado esta reflexión tras intentar llevar a cabo, sin obtener resultados, una revisión de la literatura científica sobre el impacto negativo de Papá Noel en la salud pública. "El estudio de Santa Claus es un campo en desarrollo en la salud pública, y en la actualidad hay una decepcionante falta de trabajos rigurosos en este campo. Deberían realizarse más ensayos centrados especialmente en su capacidad para fomentar comportamientos saludables o la influencia de su publicidad en los niños", rezan las conclusiones del documento.
Así y pese a que existe una clara prohibición del tabaco en muchos países, "todavía se pueden encontrar tarjetas navideñas en las que aparece disfrutando de una pipa o un cigarro", insisten los investigadores australianos. Contraproducente también les parece que su imagen se asocie a la posibilidad de conducir ebrio, dada "la tradición de dejarle una copa de coñac o cualquier otro licor en las casas donde reparte sus regalos para desearle lo mejor en su larga noche... Con tantos hogares que visitar, pronto excede el límite de alcohol en sangre permitido al volante".
Se le 'culpa' también de promover la obesidad. "Epidemiológicamente hay una correlación entre los países con clara tradición de Santa Claus y niños con niveles más elevados de sobrepeso. Aunque lógicamente existen muchos factores relacionados con la obesidad, por lo que es prematuro establecer una relación de causalidad entre su imagen y el exceso de peso infantil, lo cierto es que transmite un mensaje en el que se relaciona la obesidad con la felicidad y la jovialidad".
Nada de galletas o pasteles de carne
Justamente lo contrario de lo recomendado ya en 2007 por el director general de Sanidad estadounindense, Admiral Galson . "Es realmente importante que las personas que los niños admiran y que son sus modelos a seguir estén en buena forma, coman bien y hagan ejercicio. Es absolutamente necesario", recomendó. Por ello, y por ejemplo, "es necesario crear un entorno favorable para las dieta de Santa. Debemos abandonar la tradición de dejarle galletas, tartas de carne picada y coñac en cada hogar... Esto es malo no sólo para su cintura, sino también para el peso de todos", insistió en aquélla ocasión.
Por si fuera poco, los autores del análisis recuerdan también que Papá Noel tiene potencial real para la propagación de enfermedades infecciosas. "Si a los 'imitadores' de Santa les estornudan o tosen alrededor de 10 veces al día, las posibilidades de que los niños que se sientan en su regazo puedan terminar con la gripe A aumentan".
Además, agrega el artículo, "aunque no hubo casos de mononucleosis (enfermedad del beso) asociada a Santa, sí hay documentación sobre los numerosos casos de infecciones transmitidas por los alimentos y brotes de salmonelosis asociados con las fiestas de Navidad".
El doctor Grills insiste en que "en EEUU se ha propuesto que Santa debería someterse a un chequeo médico para asegurarse de que no hay riesgo de que transmita enfermedades infecciosas. También podría ser factible que se le formara en las medidas de higiene básicas".
Pese a la larga lista de 'reproches' hacia una de las figuras más representativas de las próximas fiestas, los autores insisten en que "se requieren más investigación específicas para que las autoridades puedan tomar medidas para regular las actividades de Papa Noel".