MADRID.- ( AGENCIALAVOZ.COM ) De los 190 países que acudirán a la reunión de Copenhague sobre el cambio climático sólo uno incorpora en su delegación un asesor en materia sanitaria. Tal vez, en el punto en el que están las negociaciones, no sea el momento adecuado para que los expertos en sanidad tomen la palabra pero, si no, ¿cuándo?
La Organización Mundial de la Salud (OMS) lo tiene claro: el cambio climático pone en riesgo los pilares básicos de la salud y ello lo convierte en una cuestión de la que los médicos deben ocuparse.
"La salud debe estar en un lugar central en el debate acerca del cambio climático", ha declarado María Neira, directora del Departamento de Salud Pública y Medio Ambiente de la OMS, durante la celebración del Foro Efectos del Cambio Climático en la Salud, promovido por la Organización Medica Colegial. Las razones son claras: "Las mayores preocupaciones (desastres ecológicos, alimentación, etc.) afectan directamente a la salud y las decisiones que se deben tomar tienen implicaciones directas sobre ella".
Precisamente, la revista 'The Lancet' recogía la semana pasada en un número especial algunas de las estrategias que podrían contribuir tanto a frenar el cambio climático como a mejorar la salud de los ciudadanos. Sustituir el transporte motorizado por la bicicleta o caminar, comer menos carne... "Hay muchos posibles co beneficios", señala Neira. La OMS acude a Copenhague para transmitir este mensaje a los políticos.
"El sector salud puede ser la piedra de toque, el catalizador del verdadero cambio en torno al cambio climático", subraya esta asturiana afincada en Ginebra. "Si tenemos que movilizar a la sociedad entera, si tenemos que provocar un cambio social profundo, debemos concienciar a la gente de que eso es su salud. No se trata sólo de osos polares, sino de la salud de las personas", añade.
Los cálculos de la OMS indican que reduciendo los efectos del calentamiento global se podrían salvar 13 millones de vidas cada año. En 2010, se producirán 150.000 muertes directamente causadas por el cambio climático, además habrá cinco millones de nuevos enfermos y 50 millones de desplazados. Enfermedades como la diarrea o la malaria, que son muy sensibles al clima, podrían agravarse y la malnutrición podría afectar cada vez a más gente.
"La salud debe estar en un lugar central en el debate acerca del cambio climático", ha declarado María Neira, directora del Departamento de Salud Pública y Medio Ambiente de la OMS, durante la celebración del Foro Efectos del Cambio Climático en la Salud, promovido por la Organización Medica Colegial. Las razones son claras: "Las mayores preocupaciones (desastres ecológicos, alimentación, etc.) afectan directamente a la salud y las decisiones que se deben tomar tienen implicaciones directas sobre ella".
Precisamente, la revista 'The Lancet' recogía la semana pasada en un número especial algunas de las estrategias que podrían contribuir tanto a frenar el cambio climático como a mejorar la salud de los ciudadanos. Sustituir el transporte motorizado por la bicicleta o caminar, comer menos carne... "Hay muchos posibles co beneficios", señala Neira. La OMS acude a Copenhague para transmitir este mensaje a los políticos.
"El sector salud puede ser la piedra de toque, el catalizador del verdadero cambio en torno al cambio climático", subraya esta asturiana afincada en Ginebra. "Si tenemos que movilizar a la sociedad entera, si tenemos que provocar un cambio social profundo, debemos concienciar a la gente de que eso es su salud. No se trata sólo de osos polares, sino de la salud de las personas", añade.
Los cálculos de la OMS indican que reduciendo los efectos del calentamiento global se podrían salvar 13 millones de vidas cada año. En 2010, se producirán 150.000 muertes directamente causadas por el cambio climático, además habrá cinco millones de nuevos enfermos y 50 millones de desplazados. Enfermedades como la diarrea o la malaria, que son muy sensibles al clima, podrían agravarse y la malnutrición podría afectar cada vez a más gente.
La salud como acicate para el cambio
El mensaje de la Organización Mundial de la Salud para esta cumbre será "positivo". La idea es mostrar a los responsables de lo gobiernos que invertir en políticas saludables contra el cambio climático es rentable. Para ello, "es imprescindible cuantificar los beneficios para la salud de las decisiones que se tomen en materia energética -indica Neira-, para que los políticos los tengan en cuenta a la hora de tomar sus decisiones".
Las tensiones para llegar a acuerdos, por ejemplo, sobre los recortes en las emisiones de CO2 surgen de los costes económicos que implica el cambio de modelo energético y de la pérdida de competitividad de unas empresas frente a otras. Sin embargo, la postura de la agencia de la ONU es que esta inversión se puede compensar con el ahorro en gasto sanitario que implicaría una mejor salud de la población.
Por último, el sector sanitario, como el segundo que más puestos de trabajo genera en el mundo, "también debe dar ejemplo", apunta Neira. ‘Hospitales saludables, planeta saludable, gente saludable’ es el plan que la OMS ha puesto en marcha para que la industria sanitaria también contribuya a la reducción de la emisión de gases de efecto invernadero.
"Durante un tiempo no hemos tenido voz pero ahora nadie va a echar a los profesionales de la salud del debate sobre el cambio climático", concluye María Neira.