MADRID.- ( AGENCIALAVOZ.COM ) Han sido dos de los protagonistas del congreso de cáncer de mama que cada año por estas fechas se celebra en la localidad de San Antonio (EEUU). Sendas investigaciones han advertido del riesgo que supone para las pacientes con esta enfermedad tener sobrepeso y tomarse algunas copas de más.
Cada vez está más claro que ciertos malos hábitos de vida pueden empeorar el pronóstico de las mujeres con esta enfermedad; y aunque en el caso de la obesidad ya había algunos estudios previos que lo habían advertido, en el caso de las bebidas alcohólicas la relación no era tan evidente.
Para demostrarlo, un equipo de la división Kaiser Permanente (con sede en California, EEUU) evaluó a más de 1.800 mujeres que habían superado un cáncer de mama poco agresivo entre los años 1997 y 2000. Utilizando un cuestionario sobre sus hábitos con el alcohol, los investigadores observaron que aquellas que tomaban más de tres o cuatro bebidas alcohólicas a la semana tenían hasta un 30% mayor riesgo de recaídas.
Después de ocho años de seguimiento, el equipo dirigido por Marilyn Kwan observó que los efectos pernicioso del alcohol eran más evidentes en las mujeres postmenopáusicas o aquellas con sobrepeso; y se mantenía independientemente del tipo de bebida (aunque el vino era el que tomaban el 90% de las participantes; frente a los licores y la cerveza).
Obesidad y estrógenos
Precisamente la obesidad es la protagonista de otro de los estudios presentados en esta conferencia monográfica sobre cáncer de mama. Aunque ya se había observado en otras investigaciones, un seguimiento realizado a 54.000 mujeres durante 30 años ha confirmado que aquellas con un índice de masa corporal superior a 30 (lo normal oscila entre 20 y 25) tenían peor pronóstico que el resto.
Aunque no han ahondado en los mecanismos que pueden estar detrás de esta relación, Marianne Ewertz y sus colegas del grupo danés de cáncer de mama observaron que las mujeres obesas tenían peor respuesta al tratamiento y más riesgo de morir a causa de su enfermedad. Curiosamente, el índice de masa corporal no pareció ser un factor que influyese en las recaídas locales (en la misma mama).
Tampoco en el caso del alcohol los autores han indagado en los mecanismos biológicos que podrían explicar el peor pronóstico, aunque insisten en que las mujeres deben conocer estos datos para llevar una vida más sana que mejore su pronóstico tras el diagnóstico. "Es posible que la obesidad promueva la formación de estrógenos y la proliferación de células tumorales; y que, asimismo, el alcohol tenga una acción directa en el metabolismo de esta hormona femenina que puede promover el crecimiento de algunos cánceres de mama", conclute Kwan.