¿Niños tímidos en nuestras Iglesias?

viernes, 9 de octubre de 2009


Dr. José Linares Cerón


EE.UU-. ( AGENCIALAVOZ.COM ) Jesús siempre manifestaba gran amor, comprensión e interés por los niños en particular. Era muy amigo de ellos. Dice la Biblia que un día, mientras hablaba con una muchedumbre, unos papás y mamás se acercaron «a presentarle niños para que lo vieran» (S. Marcos 10:13).

Explica que Sus seguidores quisieron impedírselo y les pidieron que no molestaran ni interrumpieran a su maestro. Pero «viéndolo Jesús —dice la Biblia—, le indignó lo que habían hecho Sus seguidores, y les dijo: “¡Dejen a los niños venir a Mí! ¡No se lo impidan; porque de los tales es el Reino de los Cielos! ¡En verdad les digo que si no se hacen como niños, no entrarán en el Reino de Mi Padre!” Llamó entonces a los niños, y tomándolos en los brazos, poniendo las manos sobre ellos, los bendecía.» (Marcos 10:13-16; Mateo 18:3,4; Lucas 18:15-17). Un niño tímido es el fruto de la inseguridad que le han transmitido sus padres y los adultos que influyen en su desarrollo. El pequeño que se esconde detrás de las piernas del papá, que no saluda y dirige sus ojos al piso cuando alguien se acerca a hablarle, el que está distante del grupo de niños que juega en una fiesta: ese es un niño tímido. Aunque a todos nos parece normal conocer a alguien que no habla mucho, esa característica puede llegar a convertirse en un problema para socializar, debido al pánico que siente el menor a comunicarse en público, al punto que prefieren no expresar sus opiniones, por temor a ser rechazados.

Para mi, es preocupante, ver a niños con estos síntomas tristes en nuestras iglesias. Si queremos una sociedad sana con principios y valores, debemos ser mas cuidadosos con los niños que asisten a nuestra iglesias o centro de Estudios. En las oportunidades que he visitado colegios, he visto siempre a los nuestros niños con mucha alegría y una enorme riqueza de recreo en su vida infantil. Pero también observo a los niños con emociones decaídas sin ánimo de juego etc. Siempre busco la forma de acércame a ellos, con una sonrisa amable y trato entablar una pequeña conversación. Siempre les digo que Dios lo ama mucho y yo también. Es muy importante que los centros de estudios cuenten con profesionales con principios y valores cristianos para atender con amor y paciencia a nuestros niños que serán el futuro de nuestra sociedad.

En las escuelas dominicales las iglesias deben invertir en capacitar a sus maestros de cómo atender a niños con timidez, baja autoestima etc. Debemos reforzar nuestra labor y cumplir el propósito de Dios, del amor a nuestro pequeño e inquieto prójimos. Cuando era un niño, era inquieto. Una vez salimos a visitar a la familia vi. Un buzón abierto y trate de saltar y me caí a la corriente del agua, tenia solo seis años de edad, la corriente me llevo en el pequeño túnel - luego Salí a un lugar libre, unas manos tomaron mis brazos y me saco de la corriente, con su ayuda arroje toda el agua tragada y luego exprimió mi ropa, me abrazo con su cuerpo y me dio calor. Luego me coloco mi ropa seca y llegaron los socorristas junto a mi Madre; voltee, el ángel había desaparecido. Mi madre llorando me abrazo no me regaño. Pero mi vida infantil cambio gracias a su amor y paciencia de mi Mamá

Entender a un niño tímido
1. Pensemos que los niños manifiestan sus emociones a través de su comportamiento, como así también de sus juegos y sus dibujos. Hace falta mucho recorrido para que puedan expresarse a través del lenguaje y decir por ejemplo: " mamá, estoy triste " o "hecho de menos a papá" o simplemente "no sé lo que me pasa".
2. Recordemos que los niños tienen una sensibilidad mucho más rica que la nuestra para percibir las variaciones en el ambiente: están siempre pendientes de nuestra mirada, nuestros gestos, nuestras presencias y ausencias (aunque parezcan muy concentrados en otra cosa).
3. Consideremos ahora las novedades (buenas y malas) que se sumaron a nuestra vida cotidiana. Hay situaciones menos evidentes y que sin embargo los hijos presienten: discusiones entre los padres, alejamiento, enfermedad o muerte de un familiar, crisis personales, problemas laborales, económicos, por nombrar algunas de ellas.
4. Cada niño tiene su propia modalidad para comunicar su dificultad para entender lo que está pasando. Confiemos entonces en nuestra intuición de Padres: encontraremos el momento más adecuado para hablar al niño, con las palabras que nos dicta el corazón, aunque sólo sea para decirle: "entiendo que para ti también es difícil todo esto, pero puedes contar conmigo, intentaré comprenderte".

Cuando a un pequeño se le refuerzan sus actitudes positivas, se le dice constantemente lo valioso que es, él sabrá lo muchos que significa para alguien y confiará en que sus obras están bien hechas. La clave es ofrecer amor desde el mismo momento de la concepción, porque los bebés deseados están rodeados del afecto de su familia; así mismo, cuando empiezan a gatear o a caminar necesitan que sus padres los impulsen con frases de aliento. Pero tampoco –– hay seres perfectos, por esa razón se debe ayudar a los niños en los aspectos que no se les faciliten.

Saber que si no tiene habilidad para alguna actividad, por ejemplo, en el jardín infantil, se le debe tener paciencia y acompañarlo en el proceso con amor. Pero lo más importante es que quiera a su hijo, lo acepte como es, lo valore, exalte sus talentos y habilidades y lo apoye en las actividades en las que no es muy bueno. Hágale sentir que es un niño importante, proporciónele el espacio adecuado en la familia y no descalifique sus acciones. Ore junto a su hijo, dile lo mucho que Dios lo ama. Pídele a Dios, mucha paciencia en tu vida. Estaré orando por ti.