Los judíos que sufrieron el Holocausto tienen más riesgo de cáncer

viernes, 30 de octubre de 2009


MADRID.- ( AGENCIALAVOZ.COM ) Durante el Holocausto, las autoridades nazis dieron caza a unos seis millones de judíos nacidos en países europeos. Las condiciones que muchos de ellos tuvieron que soportar en los campos de concentración se han convertido, muchos años después, en un factor que incrementa su riesgo de sufrir cáncer; según una gran investigación dirigida desde la universidad israelí de Haifa.



Hasta ahora, todas las investigaciones que han tratado de determinar qué papel tienen los acontecimientos estresantes en el desarrollo de un tumor han tenido conclusiones diversas. Por la propia naturaleza del ser humano, las mismas observaciones que se han realizado en ratones (sometidos, por ejemplo, a un estrés intenso), suelen ser difíciles de traducir con certeza a pacientes de carne y hueso.
Y el estudio que se ha publicado en la revista 'Journal of the National Cancer Institute' con supervivientes del Holocausto nazi no es una excepción. Debido a la dificultad para obtener datos individuales de pacientes con cáncer que hubiesen sufrido en sus carnes estas penalidades, el equipo de Lital Keinan ha tenido que recurrir a archivos de población para extraer sus conclusiones.
Concretamente, tomaron los datos de 300.000 judíos nacidos en países europeos entre 1920 y 1945. Los dividieron entre aquellos que pudieron emigrar a Israel antes de la Segunda Guerra Mundial y aquéllos que no lo hicieron hasta terminado el conflicto, entre 1945 y 1989 (por lo que asumen que estuvieron expuestos al Holocausto bajo el dominio nazi).


Expuestos a los nazis
Al cruzar sus datos con los registros poblacionales de cáncer, los investigadores observaron que los supervivientes del Holocausto tenían un mayor riesgo de cáncer que quienes pasaron en Israel los años del dominio nazi. Concretamente, se observó un particular incremento de los casos de tumores de mama en las mujeres y de tipo colorrectal en los varones. Además, entre quienes eran más jóvenes durante esta etapa (los nacidos entre 1940 y 1945) el peligro era incluso algo mayor.
Aunque el propio Keinan reconoce que hay que tomar estas conclusiones con cautela, hasta que puedan realizarse análisis más detallados, sí asegura que deben tenerse en cuenta los datos presentados para vigilar de cerca la salud de estos supervivientes.
Como apuntan estos investigadores y el autor de un editorial en la misma revista (Stephen Hursting, de la Universidad de Austin, en Texas, EEUU), es difícil hacer un análisis de las causas que pueden explicar este aumento del riesgo de cáncer. De hecho, hasta ahora numerosos estudios han apuntado que la restricción de calorías puede tener un efecto protector. Sin embargo, aclara Hursting, en el caso de los campos de concentración, la falta de alimentos rayaba en la desnutrición, lo que sumado al intenso estrés emocional, las penurias físicas y la exposición al frío y a posibles agentes infecciosos podría explicar este fenómeno.
"Teniendo en cuenta los ensayos en humanos y animales, los beneficios de reducir la cantidad de calorías contra la aparición de tumores pueden verse compensados por factores extremadamente estresantes", apunta el editorial. Además, si estas circunstancias extremas se viven en los primeros años de la vida, pueden tener una influencia especialmente determinante en el futuro de nuestra salud.