MADRID.- ( AGENCIALAVOZ.ORG ) Seguramente a estas alturas, muchos lectores empiezan a plantearse ya el destino para sus próximas vacaciones, sobre todo si planean un viaje a tierras lejanas. Quienes vayan a realizar estos desplazamientos con niños deberían extremar las precauciones antes de partir para evitar sustos a su regreso.
Un estudio acaba de analizar en detalle cuáles son las 'enfermedades del viajero' más habituales entre los pequeños de la casa.
Ha sido necesario analizar los datos de casi 1.600 pequeños de 19 países, que habían viajado a 218 destinos diferentes, para obtener una de las fotografías más detalladas de esta cuestión realizadas hasta ahora. Como se acaba de publicar en las páginas de la revista 'Pediatrics, los problemas de salud que afectan a los niños que hacen viajes internacionales no siempre son los mismos que los de los adultos.
Según el análisis realizado por Stefan Hagmann, del hospital neoyorquino de Bronx-Lebanon (EEUU), existen varias diferencias entre unos y otros. Los niños, advierte, suelen viajar menos preparados que sus mayores y han acudido en menor frecuencia a la consulta de medicina tropical antes de partir. Además, suelen requerir atención médica a su regreso antes que las personas mayores, permanecen más tiempo ingresados a causa de sus problemas y suelen viajar para visitar a familiares y amigos más habitualmente que por turismo.
El 86% de las enfermedades infantiles al regreso se podían agrupar en cuatro categorías: diarreas (28%), problemas de la piel (25%), fiebres de varios tipos (23%) y trastornos respiratorios (11%). Además, curiosamente, existe una correlación bastante estrecha entre el tipo de enfermedad y el destino del viaje. Así, mientras las erupciones dermatológicas se observaron mayoritariamente al regreso de Latinoamérica, los viajes a Oriente Medio y Norte de África se relacionaron con alteraciones gastrointestinales y las fiebres se 'trajeron' mayoritariamente de Asia y el África subsahariana.
Ha sido necesario analizar los datos de casi 1.600 pequeños de 19 países, que habían viajado a 218 destinos diferentes, para obtener una de las fotografías más detalladas de esta cuestión realizadas hasta ahora. Como se acaba de publicar en las páginas de la revista 'Pediatrics, los problemas de salud que afectan a los niños que hacen viajes internacionales no siempre son los mismos que los de los adultos.
Según el análisis realizado por Stefan Hagmann, del hospital neoyorquino de Bronx-Lebanon (EEUU), existen varias diferencias entre unos y otros. Los niños, advierte, suelen viajar menos preparados que sus mayores y han acudido en menor frecuencia a la consulta de medicina tropical antes de partir. Además, suelen requerir atención médica a su regreso antes que las personas mayores, permanecen más tiempo ingresados a causa de sus problemas y suelen viajar para visitar a familiares y amigos más habitualmente que por turismo.
El 86% de las enfermedades infantiles al regreso se podían agrupar en cuatro categorías: diarreas (28%), problemas de la piel (25%), fiebres de varios tipos (23%) y trastornos respiratorios (11%). Además, curiosamente, existe una correlación bastante estrecha entre el tipo de enfermedad y el destino del viaje. Así, mientras las erupciones dermatológicas se observaron mayoritariamente al regreso de Latinoamérica, los viajes a Oriente Medio y Norte de África se relacionaron con alteraciones gastrointestinales y las fiebres se 'trajeron' mayoritariamente de Asia y el África subsahariana.
Malaria, la fiebre más habitual
En esta categoría concreta de fiebres sistémicas, la malaria fue la enfermedad más habitual (con el 35% de los diagnósticos), seguida de los síndromes virales (28%) y las mordeduras de animales. En el caso de las diarreas del viajero, ser niña, menor de cinco años y realizar un viaje de corta duración a Oriente Medio se reflejaron como los factores de mayor riesgo
Además, como destacan en su análisis, sólo el 2% de las patologías de los niños estaban causadas por enfermedades prevenibles mediante algún tipo de vacuna. A pesar de ello, el investigador concluye que debería extremarse la preparación de los viajes con niños, subrayando la importancia de la profilaxis de la malaria, la protección solar y el contacto con los animales transmisores de enfermedades. Además, añade, sus cuidadores deberían viajar preparados para darles el tratamiento necesario en caso de diarreas, problemas respiratorios y otros trastornos.