MADRID.- ( AGENCIALAVOZ.COM ) Las películas han transmitido demasiadas veces la imagen de un soldado poniendo en la boca de un compañero moribundo un cigarrillo para que disfrute de sus últimas caladas. ¿Cómo privarle de este placer? O dicho de otra manera, ¿cómo pedirle a un paciente con cáncer de pulmón que deje de fumar sabiendo que su esperanza de vida es corta?
.
Un estudio da la respuesta: Porque al abandonarlo duplica sus probabilidades de supervivencia.
Que el tabaco causa cáncer se sabía; que el 90% de los tumores de pulmón están provocados por este hábito, también. Pero, ¿qué ocurre una vez que se diagnostica la enfermedad? ¿Cómo afecta la nicotina a la progresión de la enfermedad? Una revisión de 10 estudios sobre la materia publicada en la revista 'British Journal of Medicina' indaga esta semana en la cuestión.
Y sus conclusiones demuestran que los pacientes con cáncer de pulmón en estadios iniciales se benefician claramente si abandonan el cigarrillo. Según las estadísticas, sus probabilidades de sobrevivir cinco años después del diagnóstico se duplican con respecto a los pacientes que siguen fumando (70% frente a 33%). Como explica a ELMUNDO.es el secretario del Grupo Español de Cáncer de Pulmón (GECP), el doctor Bertomeu Massuti, hasta la fecha ya había investigaciones previas sobre los beneficios de interrumpir el hábito tabáquico en pacientes ya diagnosticados; tanto en estadios iniciales como con enfermedad metastásica. "En estadios iniciales se reduce el riesgo de recaída y de segundas neoplasias. En situación metastática, se mejora la tolerancia al tratamiento quimioterápico con menor toxicidad y se incrementa la supervivencia", apunta Massuti.
Que el tabaco causa cáncer se sabía; que el 90% de los tumores de pulmón están provocados por este hábito, también. Pero, ¿qué ocurre una vez que se diagnostica la enfermedad? ¿Cómo afecta la nicotina a la progresión de la enfermedad? Una revisión de 10 estudios sobre la materia publicada en la revista 'British Journal of Medicina' indaga esta semana en la cuestión.
Y sus conclusiones demuestran que los pacientes con cáncer de pulmón en estadios iniciales se benefician claramente si abandonan el cigarrillo. Según las estadísticas, sus probabilidades de sobrevivir cinco años después del diagnóstico se duplican con respecto a los pacientes que siguen fumando (70% frente a 33%). Como explica a ELMUNDO.es el secretario del Grupo Español de Cáncer de Pulmón (GECP), el doctor Bertomeu Massuti, hasta la fecha ya había investigaciones previas sobre los beneficios de interrumpir el hábito tabáquico en pacientes ya diagnosticados; tanto en estadios iniciales como con enfermedad metastásica. "En estadios iniciales se reduce el riesgo de recaída y de segundas neoplasias. En situación metastática, se mejora la tolerancia al tratamiento quimioterápico con menor toxicidad y se incrementa la supervivencia", apunta Massuti.
Mecanismos de acción
Según explica el equipo de Andrew Parsons (de la Universidad británica de Birmingham), el de pulmón es el tumor más habitual y hasta ahora se sabía que los fumadores tienen hasta un riesgo 20 veces superior de desarrollar la enfermedad; aunque los efectos del tabaco en pacientes ya diagnosticados era una cuestión menos abordada hasta la fecha.
Su análisis de 10 estudios sobre esta cuestión señala, además, que la reducción de la mortalidad que se logra al dejar el tabaco puede atribuirse más a los efectos sobre la progresión tumoral que a los beneficios cardiorrespiratorios que también se logran al dejar el pitillo. Es posible, sugieren los autores, que algunos componentes del tabaco sean capaces de inducir cambios celulares que permitan progresar al cáncer; o incluso que la nicotina juegue en papel en la angiogénesis (el desarrollo de vasos sanguíneos que alimentan el tumor). Sin embargo, reconocen, estos mecanismos deberán ser mejor estudiados.
Como reconoce en un editorial en la misma revista Tom Treasure, del King's College de Londres, muchos profesionales no tienen fuerza moral para pedirles a sus pacientes con cáncer de pulmón que dejen de fumar cuando saben que las cifras de supervivencia de este tumor no superan en muchos casos el año de vida.
Por eso, insiste, no basta con decirles que lo dejen, sino que deberían ayudarles con estrategias que han demostrado que funcionan. Además, añade, la mejor estrategia posible desde el punto de vista de salud pública es impedir que la gente empiece a fumar desde joven. "Se creado la falsa ilusión de que se puede fumar entre los 20 y los 30 años y dejarlo después sin problema; y como estos tumores no suelen aparecer antes de los 40; el legado de los cigarrillos sigue ahí".