MADRID.- ( AGENCIALAVOZ.COM ) Los padres trasnochadores deberían cambiar sus hábitos de sueño. A ellos, especialmente, aunque también a los que batallan a diario con sus vástagos para que se vayan pronto a la cama les interesará conocer los resultados de un nuevo estudio estadounidense que demuestra que los menores que se retiran pronto a dormir gozan de mejor salud mental y no se deprimen en comparación con los chavales que pernoctan.
"Dos tercios de los adolescentes se acuestan a la hora que 'pactan' con sus padres, pero el resto se va a dormir cuando lo hacen los mayores", declaran los autores del trabajo. Tanto un caso como otro suelen impedir que los chavales duerman las horas que realmente necesitan y recomienda los expertos: nueve. Se suma a estas dos realidades el hecho de que la pubertad se asocia a un retraso en la fase circadiana del sueño, lo que provoca que prefieran dormirse más tarde. De hecho, un 60% de los adolescentes españoles duerme una hora menos de las recomendadas.
Sin embargo, la literatura científica acumula numerosas evidencias de que el déficit de sueño puede jugar un papel importante en el desarrollo de las enfermedades psiquiátricas en la población adulta y también en la juvenil, tal y como acaba de poner en evidencia James Gangwish, de la Universidad de Columbia en Nueva York (EEUU), y su equipo tras llevar a cabo una investigación con 15.659 adolescentes y sus padres [todos eran participantes del 'bautizado' como Estudio Longitudinal de la Salud del Adolescente].
Los científicos constataron así que un 54% de los menores se acostaba a las 10:00 de la noche a lo largo de la semana, mientras que un 21% lo hacía a las 11:00 y hasta un 25% a medianoche o más tarde.
"La media de horas de sueño de fue de siete horas y 53 minutos, lo que contrasta claramente con las que se aconsejan", comentan los autores.
Más preocupante aún es que aquéllos que 'seguían el ejemplo' de sus padres y eran más trasnochadores [se iban a la cama a medianoche] tenían un 24% más de riesgo de sufrir depresión y un 20% más de posibilidades de tener ideación suicida que los que se acostaban temprano [a las 10:00]. Unas probabilidades que se disparaban hasta el 71% y el 48%, respectivamente, en los menores que admitían reposar una media de tan sólo cinco horas al día o menos. Ambas relaciones pudieron establecer tras analizar los patrones del sueño de los menores y comprobar, asimismo, qué participantes tenían depresión [un 7%] y cuántos confesaron haber pensando en quitarse la vida [un 13%] en algún momento durante los últimos 12 meses previos a la realización del estudio.
Dormir más para 'tratar' la depresión
"Nuestros hallazgos refuerzan el argumento de que el déficit de sueño puede jugar un papel en la etiología de la depresión. Contrariamente, una buena higiene del mismo puede proteger de las patologías psíquicas o, incluso, formar parte de su tratamiento", insisten los científicos estadounidenses.
Creen, además, que robarle horas de descanso a la noche afecta a la modulación de la respuesta emocional cerebral a un estímulo aversivo, produce una tristeza que obstaculiza la capacidad para hacer frente al estrés diario, daña las relaciones familiares y sociales y afecta al juicio, a la concentración y al control de los impulsos.
Lo más adecuado sería, por tanto, que los padres predicaran con el ejemplo, y se acostaran pronto. "Nuestros datos sugieren que el hecho de que ellos no trasnochen puede proteger a sus hijos de una depresión y de la ideación suicida. Son necesarias por tanto intervenciones que ayudan a establecer una buena higiene del sueño de toda la familia podrían servir como medidas preventivas primarias contra la patología mental mencionada", agregan.