Comer pescado durante el embarazo estimula la inteligencia del niño

sábado, 8 de agosto de 2009


MADRID.- ( AGENCIALAVOZ.COM ) El consumo frecuente de pescado y marisco durante el embarazo favorece el desarrollo del niño, según un estudio publicado en 'The Lancet. Los resultados contradicen a las autoridades de Estados Unidos, que en 2004 recomendaron limitar estos alimentos en la dieta por el riesgo que suponía para el feto un residuo presente en estos animales, el metilmercurio.


Los responsables de este trabajo reconocen el peligro potencial del metilmercurio, un compuesto que se puede formar en aguas contaminadas por este metal pesado y que, al pasar a la cadena alimenticia, produjo algunas intoxicaciones en Japón en la década de los 50, entre otras. Sin embargo, los autores consideran que "los efectos dañinos que puede tener sobre el desarrollo cerebral no superan los beneficios que poseen otros nutrientes presentes en el pescado y el marisco".
El cerebro de un niño recién nacido está compuesto en un 50% de lípidos que se forman a partir de ácidos grasos esenciales. Algunos de ellos son sintetizados por el propio organismo pero otros deben ser incorporados con la dieta, como el ácido docosahexaenoico (de la familia omega 3), y una buena fuente es el pescado. La escasez de estos elementos, que desempeñan labores importantes en el sistema nervioso central, puede tener graves consecuencias.
Pero en el año 2004, la Food and Drug Administration, organismo que regula los alimentos y medicamentos en EEUU, y la Agencia de Protección Medioambiental, publicaron un aviso recomendando limitar el consumo de algunos pescados que acumulaban elevadas cantidades de metilmercurio ya que en grandes cantidades puede provocar parálisis cerebral, microcefalia, ceguera y otros daños irreversibles en el feto.


Mejor desarrollo infantil
El objetivo del estudio dirigido por J. R. Hibbeln, del Instituto Nacional de Alcoholismo de EEUU, era determinar los beneficios y riesgos del consumo de pescado. Para ello, preguntaron a 11.875 embarazadas inglesas en la 32 semana de gestación acerca de sus hábitos alimenticios y, posteriormente, sobre las aptitudes de sus hijos a los seis, 18, 30 y 42 meses de edad.
Las participantes fueron clasificadas en tres grupos: las que no consumían pescado o marisco (12%), las que tomaban menos de 340 gramos semanales (65%) y las que superaban esa cantidad (23%). Los niveles ingeridos de ácidos grasos omega 3 se calcularon según el tipo de pez: blanco, 0,32 gramos; azul, 0,89g; y marisco, 0,34g por ración.
Al revisar las puntuaciones obtenidas por sus hijos en los cuestionarios de inteligencia, comportamiento y desarrollo psicomotriz, aquellos cuyas madres habían tomado mayores cantidades de omega 3 obtuvieron mejores resultados.
Las autoridades sanitarias estadounidenses alertaron de que el consumo excesivo de pescado durante el embarazo podía afectar negativamente a la inteligencia verbal y capacidades comunicativas del niño, pero estos resultados "indican justamente lo contrario", según afirman los autores.
«Estos resultados destacan la importancia de incluir el pescado en la dieta durante el embarazo y apoyan la creencia popular de que este es el alimento del cerebro», señalan Gary Myers y Philip Davidson, de la Universidad de Rochester, en un editorial publicado en la misma revista.
Otros estudios han determinado que los omega 3 son importantes en la prevención del cáncer de riñón o de la degeneración macular (una importante causa de ceguera), para frenar el deterioro cognitivo en el anciano o para proteger a los pacientes que han sufrido un infarto al corazón.