Cuando los celos destruyen el amor

domingo, 13 de septiembre de 2009

Evite que los celos dañen su vida y su relación con Dios, Ud. a través de la oración encontrada victoria, eso fortalecerá una relación larga y duradera hasta que el Señor haga sonar las trompetas de los cielos


Dr. José Linares Cerón



ESPAÑA-. ( AGENCIALAVOZ.COM ) Podríamos definirlos como un estado emotivo ansioso que padece una persona y que se caracteriza por el miedo ante la posibilidad de perder lo que se posee-tiene. Cuando usamos la palabra celos, la usamos en el sentido de estar envidiosos de alguien que tiene algo que nosotros no tenemos. Esta clase de celos es un pecado y no es característica de un cristiano – contrariamente, muestra que aún estamos siendo controlados por nuestros propios deseos (1 Corintios 3:3). Gálatas 5:26 dice, “No nos hagamos vanagloriosos, irritándonos unos a otros, envidiándonos unos a otros.”

En el ámbito sentimental, el rasgo más acusado de los celos es la desconfianza y sospecha permanentes en el otro que tiñen, y perjudican gravemente, la relación con la persona amada. La mayoría entendemos por celos ese confuso, paralizador y obsesivo sentimiento causado por el temor de que la persona depositaria de nuestro amor prefiera a otra en lugar de a nosotros. En las sociedades monogámicas, como la nuestra, el adulterio sólo provoca reacciones celosas en la medida en que origina inseguridad (material o afectiva) o afecta al honor.

Un sentimiento que puede resultar peligroso
Las personas muy celosas es, frecuentemente, apasionado, ansioso, y proyectan en su entorno humano sus propias tendencias a la infidelidad. Buscan con avidez todas las pruebas de su presunto infortunio y se muestran refractarios a los argumentos racionales que les trasmiten las personas cercanas con las que se sinceran, pueden llegar hasta la tragedia de perseguir con odio a su "amor" y no vacilarán en atacarlo. De ahí que este sentimiento de los celos genere tantos problemas, no sólo en la seguridad física de las personas directamente afectadas por casos criminales sino también en el equilibrio emocional de otras muchas cuyo bienestar psicológico se ve amenazado. Cuando en una pareja surge el miedo a la separación, éste se manifiesta en forma de celos, de persecución al cónyuge en su hipotética infidelidad, controlándole y pretendiendo obligarle a que sea fiel. Cuanto más persigue a su pareja con celos, tanto más se siente impulsado el perseguido o perseguida a demostrar su autonomía, esforzándose en alejarse y no dejarse obligar. Y cuanto más lo hace, tanto más busca el celoso o celosa reclamarle como posesión propia y secuestrar su libertad de movimientos y de sentimientos.La Biblia nos dice que debemos tener la perfecta clase de amor que Dios tiene por nosotros. “El amor es sufrido, es benigno; el amor no tiene envidia, el amor no es jactancioso, no se envanece; no es indecoroso, no busca lo suyo, no se irrita, no guarda rencor.” (1 Corintios 13:4-5). Entre más nos concentremos en nosotros mismos y nuestros deseos, seremos menos capaces de concentrarnos en Dios. Cuando endurecemos nuestros corazones a la verdad, no podemos volvernos a Jesús y permitirle que nos sane (Mateo 13:15). Pero cuando permitimos que el Espíritu Santo nos controle, Él producirá en nosotros el fruto de nuestra salvación, el cual es amor, gozo, paz, paciencia, benignidad, bondad, fe, mansedumbre y templanza (Gálatas 5:22-23). Santiago 3:14-15 dice, “Pero si tenéis celos amargos y contención en vuestro corazón, no os jactéis ni mintáis contra la verdad, porque esta sabiduría no es la que desciende de lo alto, sino terrenal, animal, diabólica.”

Los celos, no son buenos consejeros
Minan, dañan y destruyen la armonía del hogar y de una relación de parejas jóvenes. A veces, uno de los dos miembros empieza con ese tipo de juegos, para "celar al otro", pensando que esta es la mejor forma de conseguir amor, de despertar el interés de el otro.De centrar la atención hacia sí mismo, y conllevan la idea, de sentirse querido.Si bien se podría plantear que tal atención se logra, no es de forma constructiva.Poco a poco, le van dando a la otra persona la idea de que su compañero realmente es infiel.

Generando situaciones y conflictos que no son necesarios.
Y dan la sensación de inseguridad; en algunos casos, termina siendo tema de peleas y roces frecuentes, el compañero termina haciendo "las conocidas y poco agradables escenas de celos" bien sea al interior de la pareja, o en ámbitos sociales. Obviamente, el otro termina sintiendo que no confían en él.Si Ud., es frecuentemente el que está en la posición de ser "celado", piense si alguna cosa en su comportamiento genera dudas en su compañero, e intente corregirlo.Si Ud. es el que normalmente "cela", deténgase un momento, piense que es lo que le origina esos sentimientos de duda, y de Desconfianza y háblelo con su pareja, no desde la "AMARGURA" y el disgusto. Contrólese y evite, escenas de celos, que no conducen a ninguna parte o quizás si, a un mayor resquebrajamiento de la relación.Elija un buen momento, donde ambos estén serenos y el diálogo sea productivo y no una discordia más.

¡Recuerde! Los diferentes comportamientos, poco a poco, generan las bases de la relación, piense en todo momento que Ud. tiene un objetivo futuro, llegar a una estabilidad, armonía compenetración, entonces emplee el diálogo, una comunicación efectiva, procure hacer de su hogar un dulce hogar.Y no olvide en todo momento trabajar en pro y para la relación de pareja.Los celos son pues, solamente falta de confianza del uno hacia el otro, evítelos, no los ponga en la mitad de la relación.El estar celosos indica que no estamos satisfechos con lo que Dios nos ha dado. La Biblia nos dice que estemos contentos con lo que tenemos, porque Dios nunca nos desamparará ni nos dejará. (Hebreos 13:5).

A fin de combatir esto, necesitamos hacernos más como Jesús y menos como nosotros mismos. Podemos hacer esto, estableciendo una relación personal con Dios. Podemos llegar a conocerlo a través del estudio de la Biblia, la oración y la asistencia a la iglesia. Conforme vayamos aprendiendo cómo servir a otros en vez de a nosotros mismos, nuestros corazones comenzarán a cambiar. “No os conforméis a este siglo, sino transformaos por medio de la renovación de vuestro entendimiento, para que comprobéis cuál sea la buena voluntad de Dios, agradable y perfecta.” (Romanos 12:2) Lo ideal para el creyente para evitar estos actos desagradables de la conducta humana que daña y afecta el entorno familiar con discusiones y ofensas y hasta violencia física es mejor acudir a un consejero familiar o a su pastor de confianza. La neutralidad del ministro o consejero le dará los pasos a seguir conforme a la palabra de Dios y cómo manejar de acuerdo la palabra de Dios estas situaciones. Evite que los celos dañen su vida y su relación con Dios Ud. a través de la oración encontrada victoria, eso fortalecerá una relación larga y duradera hasta que el Señor haga sonar las trompetas de los cielos. Amen. Le invitamos a escribirnos Ministerio@oracioninternacional.com