Al menos 10.000 de estas mujeres necesitarán atención para el parto durante los próximos meses, y de ellas unas 1.500 necesitarán cuidados especiales por las duras condiciones en las que tendrán que dar a luz, según estimaciones de DEC, una red formada por varias ONG internacionales como Save the Children o CARE.
Aproximadamente el 75% de las muertes maternas se producen por hemorragias, infecciones, abortos espontáneos, partos prolongados o difíciles y desórdenes de hipertensión.
"La mayoría de estas complicaciones pueden evitarse si se tiene acceso a los cuidados médicos apropiados. Pero si el acceso a centros sanitarios es nulo o no existe y además se tienen desórdenes emocionales por estar en una situación de emergencia, las mujeres embarazadas se encuentran ante un riesgo masivo de que se produzcan complicaciones que deriven en la muerte", ha indicado DEC en un comunicado.
Alta mortalidad materna
Antes del terremoto, las mujeres haitianas ya se enfrentaban a la tasa de mortalidad materna más alta de toda la región: una de cada 44 haitianas muere durante el embarazo o en las horas posteriores al alumbramiento, mientras que en países desarrollados, como Reino Unido, sólo una de cada 8.200 mujeres pierde la vida por complicaciones relacionadas con el embarazo.
Tras el desastre, el peligro al que se enfrentan las mujeres embarazadas de Haití "es mucho mayor", han señalado las ONG. También son mayores los riesgos para los neonatos, cuya vulnerabilidad en las primeras 24 horas de vida es muy alta en las condiciones sanitarias actuales del país caribeño.
"Los hospitales y las clínicas quedaron destruidas por el terremoto, y aquellas que siguen en pie están masificadas, tienen carencias de personal y no cuentan con medicamentos ni medicinas. Las mujeres van a tener que dar a luz en campamentos en los que nadie las va a poder ayudar si las cosas van mal", ha indicado el asesor de Save The Children en Haití, Jon Bugge.