En Memoria de los Millones bebes abortados en el año 2010

martes, 1 de febrero de 2011



¿De qué sirve, hermanos míos, que alguien diga: “Tengo fe”, si no tiene obras? ¿Acaso podrá salvarle la fe?............Así también la fe, si no tiene obras, está realmente muerta. (Santiago 2,14-17)



Dr. José Linares Cerón


CHICLAYO, PERU.- ( AGENCIALAVOZ.ORG )Hoy es el tiempo que la iglesia asuma su compromiso con Dios y la sociedad, en cuidar la moral de nuestras naciones, porque somos creyentes renacidos, porque somos ante todo padres, no dejemos que nuestra indiferencia destruya el derecho a vivir de los no nacidos. En las naciones donde está legalizado el aborto, los restos de los pequeños son echados a los basureros o en el desagüe.




Algunas partes de su cuerpo son vendidas, los demás son desechados, es un verdadero genocidio. Hace algunos años vi con horror como las clínicas de abortos de España y EE.UU. aplicaban un mecanismo informal, vulgar y salvaje los cuerpecitos eran arrojados a los basureros. Saben yo a mis mascotas, le doy un entierro digno, pero los no nacidos son tratados como basuras. Así que tome la iniciativa de mover la conciencia de nuestros activista, ( hace algunos años ), a ir más allá del deber defender a los no nacidos sino luchar por ellos, contra sus asesinos, fuimos a la Clínica de Acuario de Valencia un grupo de 12 lideres me acompañaban, decidí sentarnos al frente de la puerta de la clínica de aborto, empezamos a orar mentalmente, con nuestros carteles de protesta, en eso llego la Guardia Civil para desalojarnos, muchos recibimos golpes pero no respondimos con violencia, en mi caso, solo había dolor en mi alma, me decía: “como nosotros lo seres humanos por tener una vida desordenada sexualmente somos tan irresponsables”. Se convierten en asesinos, para luego seguir en su libertinaje sexual, luego seguir abortando. NI AUN LOS ANIMALES TIENE ESAS ACTITUDES. A esos irresponsables se debe castigar con leyes más severas, pero eso es otro tema. Luego el jefe de la Guardia Civil al mando llamado Carrillo, al ver, que los golpes no me inmutaban, se me acerco y me dijo- Eres fuerte en tus ideas, soportas el dolor, luego empecé a llorar, y me dijo: Porque lloras, le conteste: Es por tus hijos y mis hijos, fue todo lo que le dije. Lo vi confundido y se alejo. Luego mire a mi alrededor habían más de un centenar de personas que habían tomado la calles, todos sentados, a mi lado vi jóvenes a mi costado una monja y algunos sacerdotes, luego a niños, mi corazón se alegro, pero lo que hicimos ese día marco en la historia un activismos con obras, hoy en toda España se hace esos plantones.
En unas de mis conferencias se me acerco un señor, y me dijo: Soy el Oficial Carrillo, ME CONTO QUE SU HIJA HABIA MUERTO EN UNA CLINICA ABORTIVA, que había conocido el evangelio, que nunca se olvidaba las palabras que le dije ese plantón, le dije: fue una advertencia de Dios para ti y para todos. Hoy Carrillo era un creyente en Cristo y un activista pro vida. Debemos confesar ante la sociedad que los últimos tiempos esta cerca, pero mientras tengamos libertad, luchemos por nuestros hijos, POR LA VIDA DE LOS NO NACIDOS, hasta que suene la trompeta de Dios.

A quien me confiese delante de los hombres, yo también le confesaré delante de mi Padre que
Está en los cielos.
Y a quien me niegue delante de los hombres, yo también le negaré delante de mi Padre que está en los cielos.
(Mateo 10, 32-33)


ES NUESTRO DEBER COMO CRISTIANOS RECORDARLE A LOS POLÍTICOS QUE:

El derecho humano fundamental, el que da vida a todos los demás derechos, es el derecho a la vida.

La sola voluntad de la gestante no puede anular el derecho a la vida del que va a nacer.
La decisión de una mujer sobre su propio cuerpo no puede incluir la decisión de quitarle la vida a su hijo recién concebido.
Todo ser humano en sus primeros meses de vida se encuentra indefenso dentro del cuerpo de su madre.
Esta situación de dependencia ante la madre -situación por la que todo ser humano sin excepción ha pasado- no puede ser usada ni aprovechada para arrebatarle la vida, sea por la razón que sea.
Por otro lado:
No existe tal cosa como el derecho a decidir sobre la vida ajena.
Todo derecho de una persona –en este caso de una mujer- termina donde comienza el derecho de otra persona– en este caso el derecho del nuevo ser humano alojado en su cuerpo.
Nadie es ni ha sido nunca “parte del cuerpo” de su madre; nadie ha sido ni su pierna, ni su ojo, ni su riñón, ni su pulmón. Los seres humanos somos individuos únicos que estuvimos por unos meses alojados en el cuerpo de nuestras madres.
Ninguna persona, ningún individuo, tiene derecho a optar por quitarle la vida a otra persona aprovechando el hecho de que esta recién empieza su existencia y aún no se encuentra expuesta a la vista pública.