MADRID.- ( AGENCIALAVOZ.ORG )Para cualquier menor, la muerte de su padre o de su madre es un duro trago difícil de digerir por mucho tiempo que pase. Tanto que está demostrado que las probabilidades a corto y largo plazo de que desarrolle problemas mentales se elevan considerablemente. Sin embargo, y por primera vez, un estudio demuestra que existe un programa preventivo capaz de reducir este riesgo.
Se llama Programa Familiar de Duelo (FBP, sus siglas en inglés) y consiste en una serie de 12 sesiones, de dos horas de duración, en la que un especialista ayuda a los afectados (tanto a los hijos como al viudo o la viuda) a mejorar la autoestima, aumentar las capacidades de adaptación ante acontecimientos negativos y a desarrollar un afrontamiento positivo de los factores de estrés. Incluye, además, la donanción y el seguimiento de la lectura de tres libros sobre el duelo, que se entregran a los menores.
Dado que "el 3,4% de los niños estadounidenses pasa por la pérdida de su padre o de su madre, y teniendo en cuenta el impacto en su salud mental, la elaboración de medidas preventivas eficaces tiene mucha importancia para la salud pública. Sin embargo, no hay trabajos sobre la efectividad de programas para niños o sus padres. El FBP está formulado para proporcionar factores de protección de cara a los acontecimientos negativos. Ha demostrado su eficacia a la hora de reducir durante un año los problemas mentales en niños y niñas que habían experimentado la muerte de un padre... Hemos querido comprobar si este método también es beneficioso a los seis años de producirse el fallecimiento", aclara Irwin Sandler, de la Universidad de Arizona (EEUU) y autora principal del estudio.
Para ello, tal y como recoge el 'Archives of Pediatrics & Adolescent Medicine', se seleccionó a 218 menores de entre ocho y 18 años de 140 familias que habían perdido a su padre o a su madre. También participaron 113 viudos y viudas. Todos ellos fueron divididos en dos grupos. Mientras que uno de ellos siguió el FBP, el resto (grupo control) tan sólo recibió literatura sobre el duelo. Los científicos evaluaron la existencia de trastornos psiquiátricos en el año anterior a la pérdida del familiar y al cabo de seis años de la misma.
Tras finalizar el estudio, se evaluó, asimismo, la existencia de trastornos externalizantes (agresividad, conductas antisociales, hiperactividad...) o internalizantes (alteraciones en el estado de ánimo, quejas somáticas, ansiedad), la autoestima, si existían conductas de riesgo (abuso de alcohol, drogas o sexo sin protección) en todos los participantes.
Primeras evidencias científicas
"Que nosotros sepamos éste es el primer ensayo aleatorio que constata los importantes beneficios a largo plazo de una intervención preventiva para los adolescentes que están en duelo por uno de sus padres. Las ventajas de este programa incluyen niveles más bajos de trastornos mentales, particularmente, los problemas externalizantes; mejora de la autoestima y menores tasas de diagnóstico de trastorno mental en los menores que siguieron el FBP en comparación con los que formaron el grupo control", defienden los investigadores.
El estudio demuestra, también, que los padres o madres que se sometieron a este método tuvieron menos depresión que los que no lo siguieron.
David Brent, de la Universidad de Pittsburgh en Pensilvania (EEUU), es el autor del editorial que acompaña al estudio en el que se aclara que "uno de los grandes atractivos de la pediatría y de las profesiones relacionadas con los menores es la oportunidad de hacer algo que puede cambiar positivamente y de forma duradera la vida de un niño. Este estudio muestra que la intervención preventiva familiar protege a los hijos y a sus padres, además de fortalecer la salud mental a largo plazo".
Este experto defiende que el "FPB puede ocupar un lugar en las intervenciones preventivas del duelo con poco coste y esfuerzo. Los pediatras han defendido que las vacunas han cambiado la 'cara' de la infancia en los últimos 60 años. Ahora ellos pueden fijarse en este tipo de programas que es coste-eficaz y asociarse a los científicos que los desarrollan con el fin de proteger a las familias del sufrimiento".