ESPAÑA-. ( AGENCIALAVOZ.ORG ) ¿Por qué llora mi bebé? Tener un hijo que no logra dormir más de dos horas seguidas, que llora sin parar y que se muestra inquieto no es fácil. Muchas se preguntan si son ellas las culpables de dicha irritabilidad.
Un grupo de investigadores españoles acaba de avanzar en la respuesta: la ansiedad de la madre eleva el riesgo de tener un bebé llorón. Salvo una excepción, los pequeños que nacen con una variante genética que les 'protege' y suaviza su temperamento.
Julio Sanjuan, del Centro de Investigación Biomédica en Red de Salud Mental (CIBERSAM) y coordinador del estudio, reconoce a ELMUNDO.es que "este es el primer trabajo que muestra este tipo de interacciones. Tiene, además, claras implicaciones en el futuro, porque ayuda a comprender mejor la compleja influencia entre el estado emocional materno y el comportamiento de su hijo. Permite también llevar a cabo intervenciones preventivas en mujeres con alto riesgo de sufrir ansiedad para mejorar así esta relación".
En el estudio han participado 317 madres, con una media de edad de 32 años, que dieron a luz en el Hospital Clínico de Valencia. "Todas eran españolas y no siguieron tratamiento psiquiátrico durante la gestación. Pese a ello, un 20% había recibido terapia antes del embarazo y un 39% tenía antecedentes familiares de patología mental", reza el ensayo, publicado en el último 'Journal of Developmental Behavioral Pediatrics'.
Durante su ejecución, el doctor Sanjuan y su equipo evaluaron el carácter de los bebés a través de un cuestionario a sus padres. Asimismo, se determinó si la madre padecía o no depresión postparto o ansiedad. "También realizamos pruebas genéticas tanto en ellas como en sus bebés con sangre del cordón umbilical y periférica, en el caso de la progenitora", aclara el director del trabajo.
"Los datos revelan cómo la ansiedad o la preocupación excesiva de las madres influye en el carácter de los hijos. Salvo si el niño tiene una determinada variante alélica del gen transportador de serotonina. Concretamente, aquéllos que poseen el alelo largo del 5-HTTLPR son mucho menos irritables, independientemente de que su madre tenga o no ansiedad", puntualiza Julio Sanjuan.
Influencia materna
Este trabajo refuerza estudios previos de seguimiento que han demostrado que la ansiedad-depresión de la madre puede influir, no sólo de forma temprana en el temperamento del bebé, sino tener influencias posteriores en su desarrollo emocional y en la aparición posterior de problemas de conducta.
"El trabajo demuestra que no sólo importa el estado emocional de la madre sino también los genes del bebé", agrega el experto de Valencia. Una de las implicaciones más relevantes del estudio es la posibilidad de una intervención clínica postnatal que se puede llevar a cabo seleccionando los grupos de más riesgo. "Podemos realizar una intervención para que las madres sepan cómo pueden interaccionar en el comportamiento de sus hijos, de tal forma que aumente su seguridad a la hora de cuidarlos", comentan los autores.
Un grupo de investigadores españoles acaba de avanzar en la respuesta: la ansiedad de la madre eleva el riesgo de tener un bebé llorón. Salvo una excepción, los pequeños que nacen con una variante genética que les 'protege' y suaviza su temperamento.
Julio Sanjuan, del Centro de Investigación Biomédica en Red de Salud Mental (CIBERSAM) y coordinador del estudio, reconoce a ELMUNDO.es que "este es el primer trabajo que muestra este tipo de interacciones. Tiene, además, claras implicaciones en el futuro, porque ayuda a comprender mejor la compleja influencia entre el estado emocional materno y el comportamiento de su hijo. Permite también llevar a cabo intervenciones preventivas en mujeres con alto riesgo de sufrir ansiedad para mejorar así esta relación".
En el estudio han participado 317 madres, con una media de edad de 32 años, que dieron a luz en el Hospital Clínico de Valencia. "Todas eran españolas y no siguieron tratamiento psiquiátrico durante la gestación. Pese a ello, un 20% había recibido terapia antes del embarazo y un 39% tenía antecedentes familiares de patología mental", reza el ensayo, publicado en el último 'Journal of Developmental Behavioral Pediatrics'.
Durante su ejecución, el doctor Sanjuan y su equipo evaluaron el carácter de los bebés a través de un cuestionario a sus padres. Asimismo, se determinó si la madre padecía o no depresión postparto o ansiedad. "También realizamos pruebas genéticas tanto en ellas como en sus bebés con sangre del cordón umbilical y periférica, en el caso de la progenitora", aclara el director del trabajo.
"Los datos revelan cómo la ansiedad o la preocupación excesiva de las madres influye en el carácter de los hijos. Salvo si el niño tiene una determinada variante alélica del gen transportador de serotonina. Concretamente, aquéllos que poseen el alelo largo del 5-HTTLPR son mucho menos irritables, independientemente de que su madre tenga o no ansiedad", puntualiza Julio Sanjuan.
Influencia materna
Este trabajo refuerza estudios previos de seguimiento que han demostrado que la ansiedad-depresión de la madre puede influir, no sólo de forma temprana en el temperamento del bebé, sino tener influencias posteriores en su desarrollo emocional y en la aparición posterior de problemas de conducta.
"El trabajo demuestra que no sólo importa el estado emocional de la madre sino también los genes del bebé", agrega el experto de Valencia. Una de las implicaciones más relevantes del estudio es la posibilidad de una intervención clínica postnatal que se puede llevar a cabo seleccionando los grupos de más riesgo. "Podemos realizar una intervención para que las madres sepan cómo pueden interaccionar en el comportamiento de sus hijos, de tal forma que aumente su seguridad a la hora de cuidarlos", comentan los autores.